El comportamiento emprendedor en el Salvador

  1. GUTIERREZ MONTOYA, GUILLERMO ANTONIO
Dirigida por:
  1. Francisco Rodríguez Campos Codirector/a
  2. Angel Cervera Paz Codirector/a

Universidad de defensa: Universidad de Cádiz

Fecha de defensa: 22 de marzo de 2011

Tribunal:
  1. Carlos Hernández Sande Presidente/a
  2. Antonio Rafael Ramos Rodríguez Secretario/a
  3. Jorge Ernesto Lemus Sandoval Vocal
  4. José Ruiz Navarro Vocal
  5. Carmen Cabello-Medina Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 306705 DIALNET

Resumen

El emprendedor salvadoreño cuenta con un perfil emprendedor que aún puede fortalecerse, en promedio ninguna característica emprendedora sobrepasa los 20 puntos (de un máximo de 25); por lo que queda la sensación que el empresario en El Salvador puede mejorar aún más su perfil, y de ésta forma asegurar el éxito de su proyecto empresarial. Las instituciones que se encuentran desarrollando programas de fomento emprendedor pueden apoyar en éste sentido, tanto a las emprendedoras como a los emprendedores. Con el análisis multivariado se determinó que variables como el género, antecedentes familiares, antecedentes profesionales y experiencia en los negocios no tienen mayor influencia o explicación en el comportamiento de un emprendedor salvadoreño; en tanto que variables como motivación del emprendimiento, nivel educativo, tiempo de posesión del negocio, edad, estado civil, sentido de logro y racionalidad económica si explican el perfil emprendedor y el éxito o fracaso de un proyecto empresarial en El Salvador. A nivel geográfico departamental, San Salvador es el departamento que presenta un mayor perfil emprendedor, y Sonsonate y Ahuachapán tienen el menor perfil emprendedor de todo el país. Las mujeres con mayor perfil emprendedor son del departamento de Morazán, en tanto que las mujeres con menor perfil son del departamento de Sonsonate. Los hombres con mayor perfil corresponden al departamento de San Salvador, y los hombres con menor perfil emprendedor son del departamento de Ahuachapán. A nivel de características emprendedoras personales, la CEPS más desarrollada por un emprendedor en El Salvador es el establecimiento de metas y objetivos; en tanto que las CEPS menos desarrolladas son la planificación sistemática y la autoconfianza. La mujer emprendedora salvadoreña presenta fortaleza en su iniciativa y responsabilidad y cumplimiento, pero se encuentra débil con respecto a la exigencia de eficiencia y calidad y la búsqueda de información; en tanto que el hombre emprendedor salvadoreño es fuerte en su responsabilidad y cumplimiento e iniciativa, pero es débil con respecto a exigencia de eficiencia y calidad y planificación sistemática. En El Salvador, de cada 10 emprendedores, 6 son mujeres y 4 son hombres, por lo que existe una preeminencia del género femenino en la actualidad. De cada 10 proyectos empresariales, 4 son por oportunidad y 6 por necesidad. El nivel educativo promedio del emprendedor es Bachillerato. El tipo de motivación del emprendimiento augura el éxito o fracaso del proyecto empresarial. En tanto que los negocios motivados por la oportunidad tienen buenas perspectivas de crecimiento y éxito continuado en el mercado; los negocios motivados por la necesidad tienen una tendencia a mantenerse o decrecer con el pasar de los años, limitando su crecimiento y propiciando en el futuro el cierre del mismo. Más del 60% de los proyectos que se desarrollan en El Salvador son del tipo por necesidad. La tendencia es que en un futuro, se tengan muchos más proyectos dirigidos por mujeres, pero también que se incrementen las empresas fundadas por la necesidad. Aquí se tiene un área de trabajo que bien puede retomar el Gobierno a través de la Comisión Nacional de la Micro y Pequeña Empresa, en coordinación con instituciones educativas y la empresa privada. El creciente número de personas que se incorporan año tras año a la población económicamente activa (PEA), y la insuficiencia de generación de nuevo empleo en la economía para satisfacer esa demanda, ha hecho cada vez más indudable la necesidad de buscar nuevas opciones. Por ello, el emprendimiento denominado por necesidad es una de las respuestas más frecuentes a esta realidad, convirtiendo a la economía salvadoreña en un área ávida de emprender, aunque bajo modelos de micro y pequeñas empresas, fundamentalmente orientadas a sectores tradicionales y de baja productividad, lo cual refuerza este círculo de empleo precario, bajos ingresos, y poca generación de valor, con un sentido de logro poco desarrollado y una racionalidad económica orientada principalmente al consumo familiar. Es importante conocer ésta realidad al momento del diseño e implementación de las políticas públicas, que contribuya para que los emprendedores de la microempresa puedan salir adelante con su proyecto empresarial. El Salvador cuenta con una industria de microfinanzas que ha logrado consolidarse y comprende Organizaciones no Gubernamentales, fundaciones, cooperativas, cajas de crédito, sociedades y bancos que ofrecen servicios de microfinanzas, pero aún les falta enriquecer la variedad de servicios que ofrecen, ya que muchos emprendedores al momento de iniciar con su empresa, no se avocan a la banca en búsqueda de financiamiento, ya que por ejemplo, no existe un fondo para capital de riesgo que apoye a los nuevos empresarios. No se han encontrado mecanismos de fondos de capital semilla, o mecanismos de inversión alternativos a la banca tradicional que solvente ésta situación. El eje conductor del marco financiero relacionado con el proceso emprendedor se encuentra basado en el endeudamiento patrimonial del emprendimiento y se necesita ser sujeto de crédito para accesar a los recursos bancarios. El emprendedurismo tiene profundas raíces en características psicológicas, cognitivas y actitudinales (CEPS) de la persona, que son las que hacen que determinados individuos puedan calificarse como emprendedores y otros no; que algunos tengan éxito en su negocio y otros no. Ahora bien, esas características se encuentran acorde a las influencias que cualquier persona recibe de su medio sociocultural. Por esto mismo es importante crear un entorno cultural y social que favorezca al espíritu emprendedor del salvadoreño, para que pueda desarrollar ideas rentables de negocios, en un clima de confianza y seguridad plena. El sistema de educación superior universitario se encuentra realizando grandes esfuerzos en el tema del fomento al emprendedurismo en El Salvador, incluyendo en su currícula asignaturas o módulos para el desarrollo del espíritu emprendedor. Pero aún existe una gran brecha entre Universidad-Empresa que no contempla la generación de nuevas empresas en el marco universitario y el seguimiento respectivo a los proyectos que surgen en el ámbito académico. Además, estos esfuerzos se realizan de manera aislada en cada centro educativo, sin un ente rector que coordine todos estos esfuerzos para que se logre mayor alcance y éxito a partir de un proyecto integrador de nación. La actual situación delictiva del país se encuentra llegando a niveles extremos, obligando a muchos empresarios a cerrar su única fuente de supervivencia. De cada 10 emprendedores salvadoreños, 3 se encuentran considerando cerrar su negocio si la actual violencia continúa en El Salvador. Se percibe que la legislación no contribuye a paliar la violencia, y se requieren medidas más fuertes para detener la actual oleada de delincuencia, antes que la situación se vuelva incontrolable. Además, deben desarrollarse proyectos para el mediano y largo plazo, con la visión de incorporar a los ex delincuentes a actividades productivas dentro de la economía nacional. El Modelo GEM explica de manera fundamentada y acertada el surgimiento y desarrollo del fenómeno emprendedor en El Salvador, así como del resto de países. En El Salvador, la falta de empleos remunerados y la cantidad de personas con capacidad para trabajar pero que se encuentra sin opciones laborales en la actualidad, buscan sobrevivir o insertarse en la economía a partir de la creación de su propia empresa, por este motivo en el país existen más empresas creadas por la necesidad que por la oportunidad. La economía salvadoreña ha sido duramente golpeada por la pasada crisis financiera, y eso se demuestra en la comparación a nivel internacional con el resto de países GEM. A pesar de que el país se encuentra catalogado como una economía basada en la eficiencia, en muchos indicadores se encuentra abajo inclusive de países catalogados como economía basada en factores. Guatemala se encuentra mucho mejor que El Salvador en la mayoría de indicadores GEM. Esto hace suponer, que si no se toman medidas que favorezcan la creación de empresas y se mejore la economía global del país (por ejemplo, mejorar el clima de inversión y disminuir la inseguridad), se pueda tener un retroceso económico y perder el avance que hasta la fecha se había logrado. Esta comparación con los países GEM puede servir como referente para que a partir de ahora se comience a trabajar de una manera distinta en El Salvador, pensando en las nuevas generaciones y proponiendo alternativas que verdaderamente apoyen el fomento del emprendedurismo y persiguiendo la visión de CEFE en nuestro país, que es crear una Sociedad de Emprendedores. Debe insistirse en la necesidad del fomento de un mayor espíritu emprendedor para el cambio de modelo que demanda la economía salvadoreña, ya que sin él no se podrá superar positivamente el futuro que se avecina. El fomento de ese espíritu habrá de nacer de la concienciación y la responsabilidad del conjunto de la sociedad. Todos los actores deben de implicarse en hacer que el sistema educativo, el marco institucional y las propias empresas se organicen de un modo más favorable al arraigo de la cultura del emprendimiento. En este sentido, el presente documento constituye una aportación a la difusión de las ideas propias de dicha cultura y al mejor conocimiento del enorme valor que para nuestra sociedad salvadoreña tienen las personas emprendedoras; así como para focalizar esfuerzos a nivel geográfico y trabajar en las áreas débiles detectadas por esta investigación.