Usos, hábitos y demandas culturales del alumnado de la Universidad Pablo de OlavideEdición 2012
- Antonio Javier González Rueda (coord.)
Publisher: Servicio de Publicaciones ; Universidad de Cádiz
Year of publication: 2013
Pages: 231-253
Type: Book chapter
Abstract
Esta nueva edición del estudio Atalaya de Usos, hábitos y demandas culturales del alumnado universitario andaluz permite algo fundamental para los sociólogos: la comparación. En esta ocasión, además de la comparación entre categorías del propio estudio (de variables independientes tales como institución universitaria, sexo, edad, posición ideológica, entre otras, en relación con las variables centrales para nuestro análisis), disponemos de la posibilidad de comparar los resultados con los obtenidos en 2006. Los cambios que se han producido en el entorno del alumnado han sido muy considerables aunque los años transcurridos desde la anterior edición del estudio hayan sido sólo seis. Tales cambios se han producido en dos ámbitos fundamentales: el primero, de calado más amplio, la crisis económica, y otro, específico del espacio universitario, la implantación del Plan Bolonia. Ambos fenómenos, de gran trascendencia, deben estar incidiendo en los usos y hábitos culturales, como parecen confirmar los resultados que a continuación ofrecemos sobre todo en lo que tiene que ver con el primero de los aspectos. Sobre las novedades en el sistema de enseñanza-aprendizaje que impone el Plan Bolonia, convendrá hacer una serie de consideraciones. Una nueva problemática que afronta la población estudiantil para el consumo de cultura es la transformación que ha supuesto la nueva organización docente en el sistema universitario andaluz y, por tanto, también en la UPO. El Plan Bolonia, formación científico-académica aparte, contempla también un intento de formar transversalmente a los/as jóvenes para su vida futura en una sociedad democrática. Pero el concepto de formación transversal y de la propia participación estudiantil en este proceso, tal y como lo entendemos algunos/as de los que nos interesamos por el ámbito educativo superior, va más allá. Se trata de completar la formación científico-académica propia de los objetivos de la institución universitaria con una formación transversal más amplia que tiene que ver con el desarrollo integral de la persona que algún día tiene que "salir" de la universidad e insertarse en la sociedad en la que ha de vivir, trabajar y relacionarse, por lo que las universidades deben ofrecer respuestas integrales (desde sus funciones primigenias - docencia, investigación y extensión) al desarrollo humanístico, científico, tecnológico y cultural, abriendo sus puertas al medio al cual pertenecen. En este proceso, hay que conseguir un mayor status y fuerza para la extensión universitaria flexibilizando el currículo y considerando los procesos interactivos del mundo de la academia con el mundo social (Pérez de Maza, T., 2007). Las propuestas de los estudiosos de la educación superior van en la línea de incorporar otras prácticas educativas entre las que destacan las actividades culturales por su potencial de desarrollo de un valor en alza: la creatividad. Así, vincularse a alguna actividad ajena, pero siempre complementaria, a la formación académica viene siendo considerado, en los últimos tiempos y en el EEES (Espacio Europeo de Educación Superior), como un objetivo a evaluar en la formación de nuestros jóvenes. Un ejemplo es el caso del asociacionismo que puede ser una buena herramienta de enlace entre la vida universitaria, tradicionalmente aislada y elitista, y el más allá de la sociedad en su conjunto. Como afirma Machado País y Pohl (2004) deben considerarse "las limitaciones del sistema formal de educación y formación, y el sesgo de dicho sistema al no reconocer las potencialidades de aprendizaje de la vida cotidiana de los jóvenes (aunque) en el ámbito europeo se están invirtiendo importantes esfuerzos en el desarrollo de modelos de reconocimiento y evaluación de los conocimientos y habilidades adquiridos en contextos de aprendizaje informales y no formales". Para la presentación de los resultados, se ha seguido el esquema que ya planteamos hace seis años. Se trata de abordar, en primer lugar, las actividades que se tienden a desarrollar dentro del hogar para después pasar a aquellas que se tienden a realizar en el exterior. Como se habrá adivinado, se trata de un esquema que, como cualquier modo de clasificación, tiene inconvenientes, dado que es difícilmente sostenible que la lectura se deba hacer en el hogar (y no el parque, por ejemplo) o que el cine tenga que disfrutarse en exclusiva en salas de exhibición (frente a lo que ocurre cada vez con mayor frecuencia). Se trata de una clasificación que no trata de ser exhaustiva sino meramente orientativa. En cualquier caso, antes hacemos referencia al perfil del alumnado de la UPO presentando algunos datos generales que permitirán contextualizar las respuestas relativas a nuestro objeto de estudio