Control de plagas en agricultura ecológicaeficacia de nematodos entomopatógenos

Laburpena

La agricultura convencional representa, actualmente, más del 99% del mercado mundial y se caracteriza por ser muy intensiva, tener altos rendimientos e insumos y utilizar tratamientos profilácticos con fitosanitarios muchas veces innecesarios. Este sistema de producción libera al medio millones de toneladas de sustancias orgánicas de síntesis con amplia espectro de acción, elevada toxicidad y persistencia en el medio, que originan granes problemas de salud pública y de contaminación ambiental. Estos productos tienen un efecto negativo en la propia producción agrícola, ya que produce la muerte de enemigos naturales que controlan el nivel de población de los fitófagos y la selección de especies resistentes. En producción sostenible y ecológica, la unidad de tratamiento no es la plaga aislada del medioambiente, sino que se considera el conjunto del agroecosistema y se utilizan de forma integrada y adecuada las técnicas de control cultivares y biológicas como la rotación de cultivos, fechas de siembra, utilización de restos de cosecha, variedades resistentes, aplicación de bioinsecticidas, manejo de enemigos naturales, etc. Con la participación de los agricultores, se podrán realizar estudios biológicos y ecológicos que permitan: 1. Identificar y evaluar el nivel de población de la plaga; 2. Determinaría presencio o ausencia de enemigos naturales: 3. realizar un seguimiento de la dinámica de poblaciones: y 4. Tomar la decisión de la medida de control a adoptar que resulte más adecuada. La utilización de nematodos entomopatógenos como agentes de biocontrol está considerada, actualmente, como una de las mejores alternativas para el control de insectos. Estos organismos son parásitos letales de muchas especies de insectos capaces de localizar a su huésped y producir su muerte en pocas horas. Además, tienen una alta tasa de reproducción, se pueden multiplicar masivamente in vitro, no tienen riesgos medioambientales y pueden ser aplicados fácilmente por los agricultores. Actualmente, hay empresas que comercializan estos organismos, pero es de gran importancia aislar cepas autóctonas con las que se pueda desarrollar posteriormente un producto comercial, ya que así se evitarían las consecuencias ecológicas que podrían derivarse de la introducción de organismos foráneos.