Dinamica de la contienda política en la ciudad de Granada 1898-1923

  1. López Osuna, Álvaro
Dirigée par:
  1. Antonio Robles Egea Directeur/trice

Université de défendre: Universidad de Granada

Fecha de defensa: 25 septembre 2014

Jury:
  1. Juan Cristóbal Gay Armenteros President
  2. Santiago Delgado Fernández Secrétaire
  3. Gregorio L. de la Fuente Monge Rapporteur
  4. José-Francisco Jiménez-Díaz Rapporteur
  5. José Sánchez Jiménez Rapporteur

Type: Thèses

Résumé

RESUMEN TESEO (Dinámica de la contienda política en la ciudad de Granada, 1898-1923) Álvaro López Osuna 1-INTRODUCCIÓN El capítulo que abre la tesis se dedica a consignar en su primer apartado unos modestos apuntes en los que se trazan los aspectos epistemológicos y metodológicos con los que operan las ciencias sociales. En clara vinculación con el carácter interdisciplinar de los análisis que tratan cualquiera de los aspectos relacionados con el comportamiento colectivo, se esbozan los avances y relaciones existentes entre la Historia social y la Sociología histórica en este sentido. Para a continuación trazar el programa de estudios amparado en los análisis de la Dinámica de la contienda política por los que se guía este trabajo. El bloque concluye con un análisis crítico de la historiografía existente sobre el movimiento obrero en España desde la década de los 60. El segundo capítulo está destinado a consignar las condiciones de partida generales en las que se establecía la sociedad granadina a comienzos del siglo XX. Para de esta forma disponer de una visión de conjunto de los cimientos sociales en los que se asentaba el proceso político. Con este propósito principalísimo se ha intentado dibujar los perfiles o contornos más destacados de la estructura social. De tal manera, se hacía necesario describir el particular espacio geográfico en el que se enclava la ciudad, así como por extensión la distribución del entramado urbano. En combinación con lo anterior había que dejar constancia del acelerado proceso de crecimiento demográfico que comenzó a experimentar Granada desde comienzos del siglo. En cuanto a la estructura económica para calibrar su composición se realizó un análisis de la distribución de la población por sectores de actividad. Para con posterioridad acometer una distribución de los activos en función de su pertenencia al sector primario, industrial o de los servicios. La tarea se completaba con una pormenorizada relación de tablas de los distintos grupos profesionales que componían dichos sectores de manera porcentual. Para comprender el prolijo universo socio-profesional propio de una sociedad preindustrial que comenzaba a dar sus primeros pasos hacia la modernidad se dedicó un apartado a explicar su significado. Las variaciones del nivel de vida era un elemento básico para poder calibrar las condiciones sociales en las que se desenvolvía aquella sociedad. En primer lugar, calculamos el coste de la vida y su evolución basándonos en la comparación sistemática de los salarios, precios de los productos básicos, en relación a los presupuestos familiares que publicaba la prensa. El acercamiento a las condiciones laborales se siguió mediante la información aportada por el inspector del Instituto de Reformas Sociales de Granada. El problema de la vivienda que alcanzó proporciones aterradoras en los primeros decenios se expone en correlación directa con el proceso de derribo del caserío antiguo. Por último, se ofrecen porcentajes sobre el grado de analfabetismo, y otros aspectos asociados al nivel de vida como la mendicidad, las aguas potables, o la delincuencia. El apartado final del capítulo segundo está dedicado a la composición de las tablas de estratificación social por estratos y clase de manera comparada entre 1900 y 1921. Para concluir se realiza una reflexión sobre la articulación social en la que se observa una clara dualidad entre las pobres condiciones de vida de una amplia mayoría, y las ventajosa situación de una pequeña minoría. El tercer capítulo intenta desentrañar los entresijos de la fase contenida de la contienda que se extiende desde 1898 hasta 1917. Con el ánimo de poner en antecedentes al lector comienza con una breve síntesis de los sillares jurídico-políticos de la Restauración desde sus comienzos hasta la conjunción republicano-socialista. En el apartado siguiente se traza el recorrido seguido por los partidos políticos en cuanto a líderes, militantes y jefaturas desde el 98 hasta la caída del gobierno largo de Maura. De manera contigua se acomete un seguimiento de las distintas campañas electoras que acontecieron, resultados, y como se estructuraba el caciquismo finisecular. El enmarcamiento estratégico de la protesta será motivo de atención centrándonos en las luchas contra el impuesto de consumos, y la visión y articulación que en su discurso empleaban los opositores en torno a la consecución de la República; de manera, paralela los garantes del sistema también utilizaran sus armas en momentos concretos de la contienda. Por lo que, analizaremos las consecuencias de la vista del monarca a Granada en 1904 para exponer el carácter relacional que posee la lucha política. Otro aspecto derivado pero íntimamente vinculado será el estudio de los temas que unían a los opositores, y como fueron cultivados para crear una mayor cohesión que ampliara el espacio político. El análisis del periodo hasta 1909 se cierra con la observancia de los instrumentos de acción colectiva y como fue evolucionando el repertorio empleado. Para ello, nos fijamos en la preeminencia de los elementos primarios como el motín o la protesta colectiva popular en las fiestas del común. Siguiendo la premisa que guía el trabajo (el carácter relacional de la contienda), dedicaremos un epígrafe a señalar como en un claro proceso emulativo los miembros del sistema comenzaron a utilizar elementos de protesta del repertorio de los opositores. Los apartados del capítulo tercero que se desarrollan desde 1909 a 1917 siguen el mismo esquema orientativo esbozado en un principio. Por lo cual, en el periodo que se inicia desde la asunción de la presidencia del Consejo de Ministros por José Canalejas hasta la huelga general revolucionaria del 17, se desarrollaran en el mismo orden. Así de esta forma, se estudiara como fruto del fraccionamiento de los partidos dinásticos comenzarán a erigirse los grandes personalismos de la vida política granadina; quedando desde entonces dividida la filiación política entre acostistas y lachiquistas. En consonancia con esta dicotomía la lucha electoral irá subiendo de intensidad entre los monárquicos que arrinconaran a republicanos y socialistas. Los resortes caciquiles se orientaran en esta etapa hacia la aplicación del artículo 29 para eliminar la competencia en los distritos. Los actores en juego en virtud de la dinámica de la contienda sufrirán diversas transformaciones. De una parte, la desaparición de La Obra supondrá la hegemonía de los socialistas en la lucha societaria. En el plano asociativo del orbe católico aparecerá un personaje de gran valía: Luis López Dóriga-Messeguer. De otra parte, un nuevo actor hasta entonces inédito: los universitarios o clase escolar. Con nuevas ambiciones y un ideario en sintonía con la transformación social propugnada por los socialistas serán una fuerza de cuño reciente cuya influencia será decisiva en poco tiempo. La agenda política de cara al público en esta etapa será dominada por los opositores, que con tesón y pundonor no cejarán ni un instante de denunciar los abusos de un sistema de recaudación de impuestos tan injusto como el de consumos. A ello, se unirá por brevísimo tiempo el llamado problema religioso, que atizará en ambos bandos reacciones encontradas tras el anuncio gubernamental del control de la Educación pública. Los procesos contra el semanario catalanista el Cu-Cut serán el comienzo de la implantación de la Ley de Jurisdicciones. Ni que decir tiene que será la guerra de Marruecos el asunto que más confrontación causará propiciando mítines y proclamas por doquier. El repertorio en consecuencia también sufrirá cambios u oscilaciones entre los que destacan la progresiva incorporación del mitin, la manifestación, y las giras campestres al aire libre por parte de los opositores. A su vez, se consolida la apelación a la huelga general como el arma de presión más efectiva de la clase obrera organizada entre todos los medios disponibles de protesta. Con respecto, a la lucha económica, destacamos como la falta de estructuras organizativas, símbolos o líderes adecuadas dieron como resultado el periodo de menor agitación en la lucha por la mejora del salario o las condiciones de trabajo. En el cuarto capítulo se desarrollan los elementos que dieron lugar al desencadenamiento de la fase transgresiva de la contienda. La última etapa comprendida entre 1918 y 1923 coincidirá con la descomposición del sistema político de la Restauración. La situación de desconcierto causada por las luchas intestinas tanto en el campo conservador (idóneos frente a mauristas), como en el liberal (romanonistas contra príetistas); se traducirán en Granada en la recomposición del marco político en torno a dos nuevos ejes: uno de orden nacional, izquierdas versus derechas, y otro de connotaciones estrictamente locales caciquiles/anticaciquiles. La lucha en el terreno electoral en el lustro final de la Restauración pasará por distintas fases, que irán desde la decepción inicial pasando por la euforia tras la derrota de los caciquiles hasta la inhibición en el proceso político de los opositores. Las costumbres públicas en el ejercicio del sufragio no sufrirán grandes cambios siendo los vicios habituales basados en el fraude y la falsificación de la voluntad popular la rueda que hará girar las elecciones. En cuanto al entramado organizativo la nota predominante en esta fase final será la pujanza que alcanzará la Casa del Pueblo. La lucha por su control entre socialistas y anarcosindicalistas se escenificará en el I Congreso Obrero Provincial celebrado en la segunda semana de marzo de 1920. El triunfo de las tesis sindicalistas anarquistas llevará a un cambio sus órganos de dirección y al comienzo de una nueva estrategia radical. Por su parte, las organizaciones asistenciales acaudilladas por las organizaciones católicas como el Círculo Católico de Obreros o el Centro Dominical del padre Manjón iniciarán una confrontación ideológica contra el obrerismo militante. La lucha contra los elementos que querían subvertir el orden orientaría gran parte de sus acciones. En un sentido inverso esta etapa también supone el albor de las organizaciones emanadas de la sociedad civil sin vinculación alguna con partidos políticos. La fase transgresiva de la contienda tuvo su epicentro en los sucesos de febrero de 1919. Por ello, se estudian los mecanismos relacionales que accionaron para que se produjeran. Sin solución de continuidad esto daría lugar a los diez días de manifestaciones que acabarían con la jornada trágica del 11 de febrero. En reacción a la acción innovadora se produjo un rápido proceso de legitimación auspiciado por la corriente de solidaridad que mostraron de manera casi instantánea sociedades obreras, institutos, universidades de toda España, que fue amplificado por la prensa al resto del público. En paralelo los acontecimientos se discutirían en el Parlamento recibiendo el apoyo de ambas cámaras y del presidente del Consejo de Ministros. El episodio concluiría con la llegada de una inspección del Ministerio de Hacienda que certificaría el desfalco en las arcas municipales. En cuanto al repertorio de protesta implementado en esta fase nos encontramos con una paradoja singular: la adopción de los métodos de confrontación modernos no supusieron el destierro de las formas tradicionales de reivindicación del común. Sin embargo, el maximalismo ideológico anarcosindicalista también provocó una depuración de los símbolos y tácticas tradicionales del obrerismo. El ejemplo más claro fue la defenestración de facto que hicieron de la fiesta del 1º de Mayo cuyos elementos habituales. En el trienio final ni siquiera se organizaría. La tesis finaliza con un breve epígrafe en el que se relata cómo se contempló o vivió el golpe de Estado del general Primo de Rivera en Granada. 2- DESARROLLO TEÓRICO La tesis se inserta en los presupuestos teórico-metodológicos de los movimientos sociales y la acción colectiva. Un subcampo enclavado tradicionalmente en el área de investigación de la Ciencia Política. La configuración y estudio de los movimientos sociales como fenómeno político posee una larga tradición, que nace paralelamente a la irrupción de los primeros estados nacionales en la Edad Moderna a finales del siglo XVIII. Los primeros teóricos, encabezados por Émile Durkheim, por influjo de la Revolución francesa y la primera industrialización, enfocaron su análisis en tres facetas de manera primordial: extremismo, privación y violencia. Estos estudiosos del siglo XIX consideraban a los movimientos sociales como consecuencia de la anomia y la desorganización social: hecho que queda demostrado en la expresión ¿multitud enloquecida¿ con la que solían referirse a este fenómeno. Frente a esta tendencia inicial comienza a desarrollarse una concepción alternativa que observa al conflicto y, por tanto, la acción colectiva y los movimientos sociales, como un elemento integrado e inherente a toda sociedad, que parte desde el propio Marx y continúa en Lenin y Gramsci, en donde la clase social es un elemento determinante. Desde otras disciplinas cercanas, como la Sociología, la acción colectiva también será observada como parte del comportamiento colectivo por un gran grupo de teóricos como: Kornhauser, Gurr, y Turner. Por otra parte, desde la Economía será enfocada desde la elección racional y la movilización de recursos por Olson, articulada como elemento individual de carácter agregativo. Otros autores como Thompson trasladan el enfoque de la acción colectiva desde los tradicionales factores estructurales hacia los marcos culturales, postura seguida por Geertz desde la Antropología cultural o por Goffman desde la Psicología social. Toda esta teoría general para el estudio de la protesta colectiva y los movimientos sociales que fue conformándose desde comienzos de la década de 1960, y que quedó definida en lo que ha convenido en llamarse agenda clásica ha sufrido en los últimos años una gran transformación; debido, fundamentalmente a la aparición del monumental libro conjunto de Doug McAdam, Sydney Tarrow y Charles Tilly, Dinámica de la contienda política. Dicho libro es el armazón teórico de la tesis, pues aporta tres novedades en este tipo de estudios, a saber. La elaboración del novedoso concepto de contienda política. Lo cual supone, a su vez, una nueva concepción de las contiendas contenida y transgresiva como elementos interrelacionados, vinculados y conexionados de forma permanente. En segundo lugar, por la propia reconfiguración de la agenda clásica de la teoría de los movimientos sociales que realizan. Intentado superar la indefinición que la perspectiva clásica aportaba a la hora de abordar procesos complejos donde concurre acción política no convencional (protestas generalizadas, sedición, rebeliones), donde siempre existían notables dificultades de estudio en la identificación del actor político, al igual que, en lo referente a la intensidad de la acción colectiva y en la propia evolución o metamorfosis de un movimiento social en otro actor político distinto. Y en último lugar, por el dinamismo que aporta a esta clase de estudios, a la hora de analizar los distintos actores intervinientes en la arena pública. 3- BIBLIOGRAFÍA BÁSICA Calero Amor, Antonio, ¿Estructura socio-profesional 1843-1936¿, Cuadernos de Geografía de la Universidad de Granada, Nº1, Universidad de Granada, Granada, 1971, pp. 37-58. - Historia del movimiento obrero en Granada 1909-1923, Tecnos, Madrid, 1973. -McAdam, D. McCarthy, J.D y M.N Zald, ¿Oportunidades, estructuras de movilización y procesos enmarcadores: hacia una perspectiva sintética y comarada de los Movimientos Sociales¿, Douglas McAdam, J. McCarthy y M.N Zald (eds.), Movimientos sociales: perspectivas comparadas, Istmo, Madrid, 1999, pp.21-47. -McAdam, Douglas y Paulsen, R., ¿Specifying the Relationship between Social Ties and Activism¿, American Journal of Sociology, Vol.99, 1993-November, pp.640-667. McAdam Douglas, Tarrow Sidney, Charles Tilly, Dinámica de la contienda política, Hacer, Barcelona, 2005. -McCarty J.D y Zald M.N, Movimientos sociales, perspectivas comparadas: oportunidades políticas, estructuras de movilización, Istmo, Madrid, 1991.