Efectos de la actividad física durante el embarazo y puerperio sobre el tipo de parto y la depresión postparto

  1. Poyatos León, Raquel
Dirigida por:
  1. Vicente Martínez Vizcaíno Director/a
  2. Antonio García Hermoso Codirector/a

Universidad de defensa: Universidad de Castilla-La Mancha

Fecha de defensa: 09 de octubre de 2017

Tribunal:
  1. Blanca Notario Pacheco Presidente/a
  2. Antonio Hernández Martínez Secretario/a
  3. Diego Moliner Urdiales Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 490074 DIALNET

Resumen

El embarazo es el período que transcurre desde la implantación del cigoto en el útero hasta el momento del parto y durante el cual se producen significativos cambios fisiológicos, metabólicos y morfológicos en la mujer encaminados a proteger, nutrir y permitir el desarrollo del feto, entre los que se incluyen la interrupción de los ciclos menstruales y el aumento del tamaño de las mamas para preparar la lactancia. A su vez, el término gestación hace referencia a los procesos fisiológicos de crecimiento y desarrollo del feto en el interior del útero materno. Una vez finalizada esta etapa se inicia el puerperio, período que comprende desde el final del parto hasta la aparición de la primera menstruación, y cuya duración aproximada es entre seis y ocho semanas. En el momento posterior al parto, se desarrollan simultáneamente multitud de cambios fisiológicos en la mujer que presentan dos finalidades principales: retornar gradualmente al estado pregravídico y establecer la lactancia. En virtud de todos estos cambios, las recomendaciones de los médicos a las embarazadas durante años respecto a la actividad física se han basado más en criterios sociales o culturales que en evidencias científicas contrastadas, animando a las mujeres en cuanto tenían conocimiento de su embarazo a que redujeran, incluso que abandonaran, la actividad física, ya que dominaba la creencia de que dicha actividad podría tener consecuencias negativas para la gestante y el neonato. Así, hacia 1950 se las recomendaba caminar 1 ó 2 Km diarios, preferiblemente repartidos en varios paseos cortos, no realizar deportes y continuar con las labores cotidianas del hogar. No obstante, en el año 1985, con el “boom del acondicionamiento físico” vivido en los setenta en Estados Unidos, el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos comenzó a recomendar la práctica de ejercicio físico aeróbico durante la gestación, pero advirtiendo del daño que podían causar actividades con alto impacto. Recomendaban por ello intensidades de ejercicio que no rebasaran frecuencias cardiacas superiores a los 140 latidos/min y duraciones de 15 minutos. Dada la cada vez mayor incorporación de la mujer al deporte, en 1994 el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos revisó su posición adoptando recomendaciones menos conservadoras, siempre que la gestante estuviera sana y que en el curso del embarazo no surgieran complicaciones. La restricción de ejercicio durante la gestación se ha basado en los posibles riesgos que sobre el desarrollo del feto podría provocar la reducción de la circulación placentaria, aumentando el riesgo de abortos espontáneos, partos prematuros o retraso de crecimiento intrauterino, y el posible efecto teratógeno en el feto derivado de la hipertermia. Sin embargo, en los últimos años se ha producido un creciente interés por conocer los efectos beneficiosos de la actividad física durante el embarazo y puerperio para la madre y el recién nacido, dando como resultado la modificación de dichas recomendaciones en las principales guías de cuidados del embarazo y puerperio. Existen todavía lagunas y datos contradictorios sobre cuál debería ser el tipo de actividad física que deben realizar las embarazadas y puérperas, o cuál es el nivel de actividad física que realizan sin participar en programas de ejercicio estandarizados y su efecto sobre los resultados de la gestación o del neonato. E incluso las conclusiones de algunos estudios abogan por la necesidad de incorporar entrenamiento de fuerza y acondicionamiento muscular incrementando la cantidad de ejercicio de intensidad vigorosa así como del gasto calórico semanal. La última revisión Cochrane sobre ejercicio aeróbico y embarazo, recoge que el ejercicio aeróbico regular durante la gestación parece mejorar o mantener la condición física, pero los datos disponibles son insuficientes para inferir riesgos o beneficios importantes para la madre o el recién nacido, sugiriendo que se necesitan ensayos clínicos bien diseñados o con suficiente tamaño muestral para poder hacer recomendaciones confiables sobre los beneficios y el riesgo del ejercicio aeróbico durante el embarazo. Por todo ello, esta tesis pretende proporcionar evidencias científicas sobre el efecto de la actividad física llevada a cabo por gestantes sanas en el tipo de parto y en la depresión postparto, incluyéndose la presentación de un proyecto para evaluar la actividad física de tiempo libre que realizan las gestantes sanas de Cuenca sin haber sido incluidas en ningún programa de actividad física supervisado, y conocer los resultados en el ámbito materno y fetal.