La contabilidad como sistema de información para el control de la gestión social y ambiental de las empresas. Un estudio comparado de los casos exitosos de sostenibilidad entre España y Colombia

  1. CURVELO HASSÁN, JOSÉ OBDULIO
Dirigida por:
  1. Vicente Mateo Ripoll Feliu Director/a
  2. Cristina Crespo Soler Codirector/a

Universidad de defensa: Universitat de València

Fecha de defensa: 25 de septiembre de 2017

Tribunal:
  1. Begoña Giner Inchausti Presidente/a
  2. Ernesto López-Valeiras Sampedro Secretario/a
  3. David Naranjo-Gil Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 506460 DIALNET

Resumen

La presente investigación responde a criterios de oportunidad e interés desde el discurso sobre la gestión socialmente responsable y ambientalmente sostenible en el ámbito más amplio de las organizaciones, cuyo aspecto central, para la comprensión del fenómeno, se posiciona desde la contabilidad como sistema de información para el control de las externalidades generadas en el desarrollo de los negocios. La hipótesis central es qué la contabilidad, al capturar la realidad de la organización y ser el lenguaje del negocio permite articular variables para el análisis social y ambiental, como parte integral de la información financiera y no financiera. Lo anterior, además de responder a las dinámicas sociales en materia de informar, reformar y transformar la manera como se desarrolla la actividad productiva de las empresas, también permite generar desarrollo en el ámbito teórico y metodológico desde las teorías de la contabilidad. Siendo así, se afirma que la contabilidad está configurada por las relaciones con la vida en sociedad, tal como lo evidencian los trabajos de Walks (2016); Jeacle y Miller (2016); Joseph (2014). Desde estas perspectivas, la contabilidad supone contextos, condiciones de calidad y expresiones que, a título de principios inteligibles, aseguran un clima ético de los negocios, la salvaguarda del interés público, la confianza entre los contratantes y un adecuado funcionamiento socio-económico. Desde esta perspectiva, la contabilidad asume un papel protagónico como saber científico, y configura el devenir de los ámbitos de los negocios (Tua-Pereda, 2012), es decir, permite la comprensión de los acontecimientos sociales en los que ellos se realizan y la manera como sus actores logran establecer nuevas formas de relacionarse. En cuanto a los criterios de pertinencia e innovación, estos son desarrollados alrededor de la función del control, el que es inherente a la contabilidad, discurso que se posiciona desde la Teoría de la Contabilidad y el Control propuesta por Sunder (2007). Los fundamentos de dicha teoría parten de la reflexión filosófica sobre el acto de controlar, que garantiza la contabilidad, al permitir la seguridad en las relaciones entre los agentes que intervienen en los contratos. La contabilidad promueve modelos de virtud moral, entre otras razones, porque la información que de ella emana implica valorar las formas de vida humanas y no humanas (Hans, 1995), que son utilizadas dentro de las actividades de las empresas y de las lógicas del mercado, siendo urgente realizar lecturas desde la multiplicidad de la experiencia de la ética aplicada (Antonetti y Maklan, 2016; Crimston et al., 2016; May y Delston, 2015; Jonas, 2014; Smith, 2008). Aludir a esta noción de ética aplicada, considerada por Wittgenstein (2014) como analítica, frente a la teoría propuesta por Sunder (2007), hace que la contabilidad de cuenta de los eventos materiales y morales (Shafer, 2015; Brown y Dillard, 2013) de las empresas. En orden a lo anterior, las actitudes y elecciones de sus actores no se limitan al deseo o creencias, sino que trasciende a la voluntad, lo que permite que a través de la contabilidad se distingan conductas éticas de las empresas, de las que no lo son. Siendo así, son evidentes dos enfoques en la teoría de la contabilidad y el control; uno, que considera la contabilidad como base para el control de la organización y, el otro referido al control en la organización que subyace en la contabilidad. El primero de ellos, como un campo de comprensión epistémica, que por su naturaleza le es inherente y el segundo, desde la ética aplicada, en la medida en que la contabilidad constituye el principal fundamento para comprender la manera como se genera, acumula, distribuye y se reinvierte la riqueza. En otras palabras, la teoría de la contabilidad y el control, delega a la contabilidad la responsabilidad de dar cuenta sobre los usos, de lo que Ostrom (2008) denomina los bienes comunes, lo que posibilita llegar a algunas consideraciones sobre la autonomía moral de las empresas, atendiendo a los conceptos que ellas mismas consagran en sus declaraciones misionales, la filosofía que configura su proceso productivo y las responsabilidades que asumen el ámbito más amplio de los valores corporativos. Para lograr la comprensión de este fenómeno se requerirá, entonces, un análisis de la manera como las prácticas de la gestión de responsabilidad social y ambiental (RSA), han conducido al surgimiento de estándares por sectores económicos en dicha materia. De igual forma cómo dicho fenómeno ha sido capturado por la contabilidad (López-Valeira, et al., 2010), para ser divulgado en los diferentes informes que generan las organizaciones en aras a atender los requerimientos de sus diferentes grupos de interés, de manera sensible a los interesados en la conservación de las formas de vida humana y no humana, el respeto a las generaciones futuras y las responsabilidades, a partir de los nuevos poderes para modificar nuestra propia naturaleza genética. Metodológicamente, para lograr la comprensión y explicación de este fenómeno, se siguen estudios de casos, atendiendo la definición propuesta por Yin (2013); Stake (2013); Tiana (2013) y Medina-Domínguez (2012). La selección se realiza teniendo en cuenta la declaratoria de casos exitoso de sostenibilidad por el consejo empresarial mundial de desarrollo sostenible, lo que hace considerarlo como un estudio de caso múltiple. Langley y Royer (2006) sugieren tener presente la reflexividad en el requerimiento de la comprensión de un fenómeno y las oportunidades asociadas con la aplicación de los resultados. Teniendo en cuenta lo anterior, y con el fin de comprender los resultados, se siguen las experiencias de los trabajos de Mintzberg (1979) y Hancock, (2014). Se toman como países de estudio Colombia y España, el primero, por sus desarrollos en temas de metodologías para el desarrollo de memorias de sostenibilidad, el cual ha permitido que se puedan hacer divulgaciones por gremios de sectores económicos; y el segundo caso, ha implicado identificar la proveniencia mayoritaria del capital de los inversores de las empresas que informan, declarados casos exitosos de sostenibilidad, encontrando que el mismo es de origen español, lo que conduce a un análisis comparativo con los casos exitosos de sostenibilidad, en el mismo periodo, en dichos países, conformando dos casos de estudio múltiple. Y finalmente la investigación se ha centrado en un caso de estudio emblemático perteneciente al sector de la floricultura. Estructuralmente la tesis doctoral consta de tres apartados. El primero se centra en el análisis de las nuevas perspectivas de la gobernanza privada, entendidas como las formas de extraer beneficios específicos de los recursos públicos por parte de las empresas privadas, también llamada captura del Estado (Micklethwait y Wooldridge, 2015; Streeck, 2014; Hellman, et al., 2003) a partir de acciones de la RSA. Esto implicó una revisión sobre las raíces antropológicas de esta noción en España y, su recepción y desarrollo en Colombia. Los resultados de este apartado ponen de manifiesto que en Colombia dichas divulgaciones cuentan con gran relevancia dentro de los grupos de interés y que además obedecen a apuestas de innovación social, ante las dinámicas económicas y de la política pública. En el caso de España, se evidencia una significativa construcción normativa, sin que ello trascienda a reflexiones que posibiliten dilucidar los problemas éticos de las empresas que informan. En Colombia, también se observó un marcado compromiso de las empresas que divulgan las memorias de sostenibilidad con los indicadores del milenio y con los procesos de reinserción social con grupos disidentes que se vienen llevando a cabo en dicho país, los cuales requieren importantes transformaciones sociales y la reconfiguración del aparato empresarial y productivo, en procura de atender solidariamente responsabilidades del Estado en materia de generación de puestos de trabajo, educación, conservación ambiental y respeto a la diversidad. Producto de los hallazgos del primer apartado, se plantea un segundo, el cual se centra en un análisis comparativo entre las empresas declaradas casos exitosos de sostenibilidad en España y en Colombia, buscando una comprensión de las prácticas de gestión de RSA, a partir de sus aportes a la cultura de la sostenibilidad y a la función de la contabilidad como sistema de información que garantiza el control social y ambiental de los stakeholders. Una vez realizada la respectiva contrastación del sistema de hipótesis, se pone de manifiesto que las políticas de sostenibilidad se soportan en la rentabilidad del capital social y del capital natural de las empresas, condicionando su continuidad a los resultados financieros positivos y no necesariamente a la supremacía de los derechos, que le son inherentes a los grupos de interés, en el ámbito social, ambiental y cultural. De igual forma se evidencia que los costes de los programas de RSA terminan asociados a los costes de venta y no generan enmiendas legales ni estatutarias, dejando su presunción de transparencia a la creatividad en la innovación de contenidos de la memoria. La comparativa de estos casos exitosos de sostenibilidad permitió detectar la existencia de memorias depositadas por gremios de sectores económicos, lo que conduce a estudiar este fenómeno como un caso emblemático de estudio (Yin, 2013). El caso lo constituye el sector floricultor de Colombia, que se caracteriza porque el personal que gestiona la organización está mayoritariamente integrado por mujeres. Adicionalmente en la memoria del caso emblemático se observa una importante innovación de contenidos y aportes en las metodologías utilizadas para la comprensión de la cultura de la sostenibilidad e innovación social. En concomitancia con Vargas (2008), mediante contrastación empírica, se infiere que la innovación social “incrementa la calidad y la productividad en el trabajo” (p. 126), lo que incide en una efectiva relación entre la generación de valor añadido y las políticas de sostenibilidad, aspecto valorado a través del comportamiento de los sistemas de control de gestión en las organizaciones. En ese sentido, se puede afirmar que la cultura de la sostenibilidad desarrollada por las empresas genera condicionamientos en ciertas dinámicas y comportamientos sociales; producto de ello la innovación social, además de vincular diversos servicios (Eurich y Langer, 2015; López-Valeira, et al., 2014), hace que las organizaciones generen sistemas para la gestión de su conocimiento (Windrum et al., 2016) y creen REDES de cooperación para la transferencia de productos a las empresas desde, universidades y centros tecnológicos (Larsson y Brandsen, 2016; Garud y Turunen, 2016; Van der Have y Rubalcaba, 2016; Godart et al., 2015). A título de aporte al nuevo conocimiento se afirma que el discurso de la sostenibilidad en las empresas ha generado una captura del Estado, de igual forma la generación de memorias de sostenibilidad, por parte de gremios de sectores económicos, genera nuevas formas de gobernanza privada amparados en aspectos por mejorar dentro del ordenamiento jurídico y los estándares para los reportes de la información con fines sociales y ambientales. Estos aspectos son de especial cuidado dado que las estrategias de aprovechamiento económico de los recursos naturales representan a su vez una forma de legitimación, y no necesariamente, una reflexión ética sobre los límites que debe tener el proceso de producción o prestación de servicios con miras a la sostenibilidad. La financiariazación (Van der Zwan, 2014; Palley, 2013; Epstein y Jayadev, 2005), entendida como las estrategias que generan las empresas para captar fondos público, en forma de depósitos, y destinándolos a la inversión y al consumo, es un fenómeno presente en casos exitosos de sostenibilidad estudiados, esto quiere decir, que a medida que las empresas avanzan en la inclusión de políticas de sostenibilidad logran mayor eficacia en sus procesos (Naranjo-Gil, et al., 2016; López-Valeira, et al., 2010), de igual forma, tienden a sostener el negocio más por la generación de valor financiero en el mercado, que por su estructura operativa, como concluyen los trabajos de Henderson et al., 2015; Tomaskovic-Devey, 2015; Clapp, 2014. Dichos criterios de eficacia resultan más favorables cuando se alinean a programas de interés global, como los indicadores del milenio, los objetivos del desarrollo sostenible y compromisos con la transparencia corporativa. La captura de estos fenómenos y su reporte a través de la contabilidad, revelan ingentes y significativos desarrollos epistémicos y metodológicos de esta disciplina científica, no obstante, las implicaciones de vincular el conocimiento como un activo esencial de la empresa, la innovación social y variables referidas a la ética y al ambiente, siguen constituyendo uno de los principales retos para la contabilidad contemporánea. Es de precisar que dentro de estas configuraciones se encuentran nuevas categorías en los negocios como la innovación social, el emprendimiento solidario (Irigoyen, 2016) e incluso el papel político de la contabilidad (Coraggio, 2004). Por otra parte, en cuanto a las formas empresariales, se han generado redes mecánicas de distribución, promoción del comercio justo (Coraggio, 2015) y otras lógicas que se contraponen a la economía de mercado (Imízcoz-Beúnza, 1996). A pesar de estas nuevas manifestaciones la contabilidad cumple dentro de todas estas formas de organización social la función de lenguaje de los negocios, aspecto nuclear para ponerlas en dialogo con las lógicas de economía de mercado. Es evidente que la sociedad de finales del siglo XX y lo que llevamos del XXI ha generado nuevos paradigmas para la contabilidad. Huang, et al. (2014) plantean como problemas centrales de la contabilidad los referidos a la medición, aspecto que se contrapone a la noción clásica alrededor del derecho y a una economía centrada en la riqueza. También entrarán en estos desafíos el cambio en el paradigma del poder político y el nuevo papel que asume la sociedad en la autodeterminación, donde aspectos como la rendición de cuentas y la accountability (Arnaboldi et al., 2017; Johnston, 2015; Ball et al., 2014; Gray, 1992), o las formas de asumir responsabilidades respecto a la transparencia, son decisivos. A título de reflexión final y para futuras investigaciones, se hace necesario analizar el poder de los actores que se vinculan al diseño de las memorias de sostenibilidad, y pensar la manera como se han erigido las apuestas por la sostenibilidad desde la RED de actores, muy al margen de un marco jurídico claro y de la partición efectiva de los diferentes grupos de interés al momento de dilucidar los problemas éticos del negocio. En todos ellos la contabilidad cumple una función decisiva, como modelo de virtud moral, mediante el suministrando de información tendiente a la emisión de juicios, a la comprensión de las culturas y los discursos de las ideologías y de arreglos económicos e institucionales actuales, que terminan por solaparse dentro de los sistemas de reportes dominantes. Queda manifiesto, que las apuestas en materia de sostenibilidad avanzan cada vez más hacia la innovación social por lo que las demandas, respecto a la medición de los hechos económicos de las empresas, constituye un fascinante campo por seguir desarrollando, en tanto comprometen la subsistencia de las formas de vida humana, no humana y el respeto a las tradiciones culturales.