Integración social en los adolescentesestatus sociométrico y centralidad social

  1. Sánchez Rizo, María Reyes
Dirigida por:
  1. David Moreno Ruiz Director
  2. Gonzalo Musitu Ochoa Codirector
  3. Rosa María Varela Garay Codirectora

Universidad de defensa: Universidad Pablo de Olavide

Fecha de defensa: 08 de septiembre de 2017

Tribunal:
  1. Luis Vicente Amador Muñoz Presidente
  2. María Jesús Cava Caballero Secretario/a
  3. Sofía Buelga Vázquez Vocal
Departamento:
  1. Educación y Psicología Social

Tipo: Tesis

Teseo: 474993 DIALNET lock_openRIO editor

Resumen

Durante las últimas décadas son muy numerosas las investigaciones que han puesto su foco de atención en qué es y qué supone ser adolesente. No podemos obviar que en la etapa de desarrollo adolescente, el ser humano debe hacer frente a un elevado número de cambios, comúnmente caracterizados por la rapidez y brevedad con la que se suceden. Este momento evolutivo no sólo se circunscribe al desarrollo físico o biológico de la persona, sino que además implica profundos cambios en su desarrollo psicológico y social. El adolescente busca definir y desarrollar su identidad como persona que se dispone a ser adulta (Noack, Kerr y Olah, 1999; Steinberg, 1998), enfrentándose a una gran variedad de demandas, conflictos y oportunidades (Compas, Hinden y Gerhardt, 1995). Su vida social y las nuevas responsabilidades que tiene que asumir se amplían considerablemente teniendo que aprender a adaptarse a nuevos contextos, grupos, formas de relación y de comportamiento. En comparación con la infancia, durante la adolescencia se inicia un proceso de individuación y autonomía de los progenitores y, en consecuencia, las amistades pasan a ser valoradas como una fuente principal de influencia con significados y características diferentes respecto al sistema familiar. Así por ejemplo, chicos y chicas comparten sus problemas, debaten temas de interés, desarrollan actitudes y normas sociales, al margen del universo de los adultos. En definitiva, las amistades proporcionan a los adolescentes el sentimiento de estar integrado socialmente, de pertenecer a un grupo sobre el cual construir su identidad con independencia de la familia (Ortega y Mora-Merchán,1998). La adolescencia, supone un cambio cualitativo en el modo en el que el adolescente se relaciona con su mundo social, y en especial con su grupo de pares (Espelage, Holt y Henkel, 2003). Tanto chicos como chicas adolescentes comparten con sus amistades cada vez más tiempo y actividades, así como sus sentimientos, dudas o inquietudes, convirtiéndose en una fuente importante de apoyo (García-Madruga y del Val, 2010). Por lo tanto, las relaciones de amistad influyen en el desarrollo cognitivo y emocional del adolescente, en su adaptación al entorno social en el que convive, en el aprendizaje de actitudes y valores, en la formación de la identidad, en la adquisición de habilidades sociales como el manejo del conflicto y la regulación de la agresión y en otros ámbitos de la vida como la familia, la escuela y la comunidad. Esta influencia ocurre porque los amigos, además de formar parte de la pandilla, contribuyen, como cohorte, a transmitir las actitudes o los comportamientos normativos de una generación particular. Además, el hecho de que formen parte del grupo de referencia, propicia la identificación y la construcción de la identidad social frente a otros grupos. Esta multiplicidad de roles que desempeñan los amigos ayuda a comprender la trascendencia de las amistades y su destacada influencia en el desarrollo adolescente. (Martínez, 2013) Como acabamos de comentar, la amistad tiene características particulares en este momento evolutivo que la distinguen de la amistad en la infancia o en otras etapas en la edad adulta. En efecto, tanto el concepto como las funciones y el proceso de elaboración de amistades resultan singulares. Por ello, una de las preguntas más frecuentes entre padres, madres, profesorado y profesionales que trabajan con adolescentes es: ¿Cómo se forma la amistad en la adolescencia? Generalmente los grupos de amigos se crean en función de la semejanza. Las relaciones de amistad surgen de grupos más amplios en los cuales el adolescente se siente un igual, compartir estilos y formas de vida, establecer relaciones de solidaridad y ayuda. En definitiva, grupos en los que los adolescentes se perciben integrados y partícipes. Como ya venimos señalando, es frecuente que las amistades y los grupos sociales se encuentran entrelazados, pero conceptualmente se encuentran claramente diferenciados. Como indica Arnett (2008), el grupo de amigos es pequeño, todos sus componentes se conocen bien y comparten actividades, constituyendo un grupo social regular (Brown y Klute, 2003; Dunphy, 1969). Por el contrario, los grupos sociales son de mayor tamaño y se fundamentan en la reputación de los adolescentes, así como en normas delimitadas y precisas (Brown, 2004; Brown y Klute, 2003; Brown, Mory y Kinney, 1994; Horn, 2003; Kinney, 1993; McLellan y Youniss, 1999; Stone y Brown, 1998). Por consiguiente, amigos e iguales, cumplen funciones diferentes, pero complementarias, en el desarrollo adolescente. Con esta tesis pretendemos ampliar la información acerca de cómo se relacionan los adolescentes entre si a través de dos conceptos principalmente, la centralidad social, que mide la posición del alumno dentro de un grupo y de estos grupos dentro del aula y el estatus sociométrico, que pretende analizar la posición que ocupa cada alumno en el aula a partir de las elecciones y rechazos efectuados respecto de sus compañeros de clase en función de un criterio preestablecido. Para ello, la presente investigación se estructura en cuatro grandes bloques: un marco teórico, una parte empírica, un apartado donde presentamos los resultados y una última parte donde se exponen las conclusiones de este trabajo. En la primera parte, el marco teórico, se presenta un análisis de la adolescencia que pretende llevar al lector desde los conceptos más generales a los más concretos y relacionados con el tema especifico de esta tesis doctoral, pretendiendo así facilitar la lectura de la misma. La segunda parte es el diseño metodológico de la investigación, que se presenta en dos apartados diferentes, en el primero se presentan los objetivos y en el segundo se expone la muestra y los instrumentos utilizados. En la tercera parte, encontramos los resultados y en la cuarta y última las conclusiones del estudio. Finalmente encontramos la bibliografía y los anexos.