Educación y ciudadanía. Empoderando desde la propia dinámica social de un barrio
- Nicolás de Alba Fernández Director
Universidade de defensa: Universidad Pablo de Olavide
Fecha de defensa: 13 de xullo de 2017
- Francisco F. García-Pérez Presidente/a
- Elisa Navarro Medina Secretario/a
- Antonio Luis Diaz Aguilar Vogal
Tipo: Tese
Resumo
La sociedad tiende a ir cambiando según el modelo de desarrollo. Así todo proceso de desarrollo contiene simultáneamente elementos innovadores y elementos estabilizadores y toda cultura, a la vez, permanencia y transformación. Ya no se trata de potenciar unos valores y conductas sobre una base de derechos y desarrollo deteriorado; que genera actuaciones que perpetúan un sistema de privilegios para unos pocos y exclusión para la mayoría. El modelo capitalista, como hemos advertido, ha generado explotación y desigualdad. En contrapartida el modelo emancipador, no es más que un intento de búsqueda de modelos alternativos que deconstruya el hegemónico. Tal es la necesidad de generar un modelo de esta dimensión, que son numerosas las respuestas ciudadanas en clave de movimientos y organizaciones sociales. A pesar de que los planteamientos, a veces, no sean uniformes; se muestra obvio que reivindican situaciones críticas con la línea dominante y; que agrupan multitud de apoyo y aceptación. Estas expresiones encuentran dificultades a la hora de elaborar unas actuaciones estratégicas pues articular acciones sostenibles a largo plazo, parece ser su tendón de Aquiles. Es indudable el valor y la creatividad socioeducativa que poseen estos movimientos ciudadanos como puntos fuertes, por lo que resulta menester aprovechar esa energía para canalizar las demandas que advierten de una manera estratégica. Se muestran primordiales diferentes agentes sociales, como son las comunidades locales, los agentes transformadores, las organizaciones sociales; en definitiva, agentes constructores de cultura y ciudadanía. Más allá de comprenderlos como meros recursos, corresponden a educadores en la comunidad pues se encargan de procesos, interacciones sociales y se interesan por las prácticas educativas; trabajando desde diversos campos no formales. Es recurrente que estas experiencias que surgen de la esencia comunitaria se debiliten por falta de experiencia, recursos, energías u otros derroteros. Una pena por la parte que a la intervención social le corresponde, ya que la finalidad es la de defender la autonomía de la ciudadanía. Partimos de la idea de que la mejor intervención es la que no se realiza. Esto pone el peso en las estrategias de fortalecimiento, resistencia y autoapoyo. Solo desde un modelo integrado de desarrollo que se rija bajo los principios de la calidad humana es que el empoderamiento ciudadano sería posible. Es sensato pensar que de nada sirve un trabajo individual, cuando el objetivo trata movilizar valores de colectividad e integridad. Así consideramos que la eficacia de un proceso se producirá en la medida en el que se incorpore la posibilidad de poner en práctica estas cuestiones en la vida cotidiana de la ciudadanía, en contraposición a la práctica escasa de cultura o mecanismos de participación real. Se vuelve impetuosa la necesidad de desarrollar actuaciones participativas desde la práctica cotidiana, pero con cautela sin dejar a ningún colectivo fuera, a menos que no esté dispuesto a participar, pero para que pueda elegir, primero debe estar informado de todas las opciones. A lo largo del planteamiento teórico, que protagoniza el capítulo uno, se pone de relieve la importancia que adquiere la participación de la ciudadanía en los procesos de emancipación, pues junto al territorio, son los protagonistas a la hora de definir cómo es la dinámica emancipadora de un espacio concreto. Definitivamente se presenta el sistema de categoría de análisis diseñado en torno al apartado teórico, basado en identificar la dinámica emancipatoria de un contexto determinado. Al disponer de tiempo y recursos limitados, se consideró la relevancia de ubicarnos en un territorio concreto; considerándose el Barrio, como delimitación espacial más idónea para acercarnos a un contexto tan amplio como es el municipio de Sevilla. Así nos centramos en el Barrio de San Jerónimo como unidad de observación. El capítulo dos por lo tanto, nos lleva a conocer el contexto desde el análisis de la documentación oficial puesta a disposición pública. Como punto de partida o descripción del Barrio de San Jerónimo y; ofrecer una “foto fija” de los posibles participantes de la investigación; así como obtener información con la que luego contrastar los resultados del trabajo de campo. Por ello, se estructura en tres apartados como son la presentación de las fuentes de datos, la descripción analítica del barrio y las conclusiones. El primer bloque se dedica a la introducción de las fuentes documentales y las unidades de gobierno por las que se rigen, se atiende a datos de fuentes estatales y municipales. El objetivo de este capítulo es posibilitar una panorámica del barrio en cuanto al ámbito urbanístico, poblacional, socioeconómico, bienestar social, distribución de recursos y equipamientos, y asociacionismo. Esto nos facilita tener una visión general de las actuaciones institucionales, públicas y privadas, que se desarrollan en el contexto del estudio. Finaliza el apartado de conclusión con la descripción de San Jerónimo basada en las hipótesis y relaciones que se derivan del análisis realizado. La operativización de estas cuestiones se define de manera exhaustiva en el capítulo tres. Como se indica este capítulo, recoge el planteamiento metodológico de la investigación, donde se explica de manera exhaustiva el proceso de selección de los participantes; así como de las técnicas e instrumentos de recogida de información. Desde la entrevista se detectan elementos fundamentales en los que profundizar sobre la práctica concreta de ahí que la observación retome protagonismo. El análisis de la información, desde la perspectiva de hipótesis de progresión, facilitó establecer niveles de análisis. El análisis de los resultados protagoniza el capítulo cuatro. Éstos se presentan atendiendo a cada una de las unidades de análisis que configuran la muestra de este estudio. Se relaciona la información extraída a través de las técnicas diseñadas para responder a las categorías de análisis de cada una de las dimensiones y subdimensiones descritas. En este sentido, se ha explicado desde el punto de vista de los participantes cómo advierten cada uno de los elementos que, consideramos, favorecen una dinámica emancipadora; así como aquellos que de manera consciente o inconsciente desde su propia dinámica se proponen con naturaleza formativa. La exposición de los resultados finaliza con la presentación de las fichas de observación realizadas para cada uno de los espacios que se han considerado en esta investigación como espacios para la convivencia social y con potencialidad para trabajar la sensibilización y la canalización de demandas ciudadanas. Se trata de aprovechar el conocimiento, el movimiento y la confianza creada por las entidades que mantienen una trayectoria continuada y compromiso en el barrio; a fin de canalizar la potencialidad de redes para generar experiencias emancipatorias adaptadas a la ciudadanía. Finalizamos, con el capítulo cinco, presentando los principales aportes, así como los retos, limitaciones y futuras líneas de investigación que emanan de este estudio. En definitivas se presenta un humilde modelo de acercarse al conocimiento de un barrio desde la perspectiva emancipatoria del mismo, dejando de un lado los modelos clásicos en clave de exclusión.