Trabajar en el tiempo de la vejezanálisis de las estrategias políticas para la prolongación de la vida activa
- Rafael Merinero-Rodríguez Director
- Mercedes Camarero Directora
Universitat de defensa: Universidad Pablo de Olavide
Fecha de defensa: 10 de de juny de 2014
- Joan Subirats Humet President/a
- Eugenia Sofía Pérez de Guzmán Padrón Secretari/ària
- Clemente J. Navarro Vocal
Tipus: Tesi
Resum
Desde algunas posturas ideológicas y desde instancias políticas y gubernamentales, se propone un aumento del tiempo de trabajo, alargando la edad de jubilación. Es decir, la propuesta es trabajar en la etapa en la que se ha alcanzado la vejez. Quizá no exista un acuerdo en "qué es ser viejo" o "cómo y cuándo se empieza a envejecer". Tal como sostenemos en esta tesis "se redefinen las formas de envejecer, las fronteras generacionales". Sin embargo, creemos que todos entendemos cuándo es el tiempo de la vejez y, sobre todo, qué trae consigo ese tiempo. En uno de los Salmos del Antiguo Testamento (perteneciente a la literatura sapiencial, es decir, la que recoge la reflexión, la experiencia y la inteligencia de los pueblos), se recoge lo siguiente: "No me desampares en el tiempo de la vejez. No me abandones cuando me faltan ya las fuerzas". Así, pues, el tiempo de la vejez es entendido por todos y desde siempre como la etapa en la que a las personas empiezan a faltarles las fuerzas, una etapa de debilidad (física, mental, económica, en muchos casos emocional). Debería ser, por tanto, la época en que las personas deberían estar más protegidas, más atendidas, más seguras. Y debería hacerse mediante una defensa del Estado del bienestar, que debe garantizar la salud, las pensiones, la seguridad económica, la compañía, la atención, etc. (Todo ello es lo que se ha venido denominando por los organismos internacionales como Envejecimiento activo). La cuestión que se dirime no es solo trabajar más tiempo: es trabajar cuando ya no se tienen las condiciones óptimas para hacerlo. De esta manera, el envejecimiento, y más concretamente, su secular identificación con la inactividad, ha originado uno de los debates más controvertidos en la actualidad dada sus implicaciones económicas, laborales, sociales y políticas que, a priori, no tiene un final a corto y medio plazo, pues, a medida que avanzamos desde un punto de vista cronológico, éste se hace más patente. Se trata de un fenómeno social que más allá de solucionarse con el transcurso del tiempo, se hace más complejo. Esto lo convierte en un tema que suscita un interés especial en los países desarrollados, no sólo por su importancia numérica, sino por las derivaciones y consecuencias del colectivo de mayores sobre las demandas sanitarias, el pago de pensiones del Estado, la tendencia del voto político, el desarrollo de los servicios sociales, la incidencia sobre el empleo, las implicaciones para la familia y la mujer, etc. Se hace, por tanto, necesario aproximarse a su estudio desde un enfoque multidimensional para abarcar los factores contextuales, pertenecientes a ámbitos diferentes, y en ocasiones distantes y opuestos, que lo configuran, así como, las interrelaciones existentes entre ellos, sin perder el sentido práctico que permita al político o al gestor social un conocimiento completo (diagnóstico) del fenómeno para actuar racional y coherentemente. Dada la importancia que han adquirido las medidas puestas en marcha en torno al envejecimiento de la población y, dentro de éstas, las relacionadas con la actividad laboral, se requieren mecanismos y criterios que aseguren que los esfuerzos invertidos en su elaboración (planificación) e implementación, sirven a las necesidades e intereses de la sociedad en general, y a la población a las que van destinadas en particular, y reviertan en ella no sólo desde la eficacia y la eficiencia, sino desde la idoneidad. Las estrategias para la prolongación de la vida activa, desde un punto de vista demográfico, social, económico y laboral tienen un carácter estratégico, estructural y dinámico. Las respuestas políticas, desde lógicas participativas y consensuadas, que parten de diagnósticos relevantes, pertinentes y coherentes, bajo un enfoque de planificación y evaluación de política pública, con proyección a medio y largo plazo y con flexibilidad y adaptabilidad, tenderán a debilitar los factores que obstaculizan el logro de un modelo social sostenible y equitativo, objetivo último del Estado del bienestar. Y esto sólo puede ser afrontado desde la lógica de la planificación y evaluación de políticas públicas puesto que son éstas las que garantizan tanto la racionalidad (relevancia y pertinencia) como la coherencia (interna y externa) del diseño de una política, elementos imprescindibles para lograr no sólo su eficacia y eficiencia sino su idoneidad. El estudio desarrollado en esta tesis analiza, desde un enfoque sociológico y desde la lógica de la evaluación de políticas públicas, el diagnóstico elaborado para el diseño de las estrategias destinadas a fomentar la prolongación de la vida activa de los trabajadores en la Unión Europea en el marco de la política del envejecimiento activo. Estas medidas nacen en un contexto en el que el sistema de protección social dominante en Europa, el denominado Estado del bienestar, se encuentra en pleno cuestionamiento. La polémica, entre otras, acerca de la sostenibilidad del sistema de pensiones como consecuencia del desequilibrio existente entre la población cotizante y la población receptora de pensiones por jubilación, efecto del envejecimiento de la población, plantea la necesidad de analizar exhaustivamente la realidad para contrastar los argumentos esgrimidos por los diferentes discursos. En cada momento histórico y fundamentalmente coincidiendo con la Modernidad, los Estados han hecho Política, planificando y gestionando un conjunto de acciones denominadas políticas públicas que han determinado diferentes modalidades de intervención, con el fin de satisfacer las necesidades de la población. La importancia del diseño y, dentro de éste, del diagnóstico en la elaboración de políticas públicas no ha pasado inadvertida en la historia del pensamiento político, ni en los debates actuales sobre el futuro de la protección social y del Estado del bienestar (es más, un aspecto que debe tenerse en cuenta en torno a estas políticas es su inclusión en el marco de los Estados de Bienestar). El diagnóstico, fase clave en el diseño de políticas públicas y elemento legitimador de las mismas, se inicia con la identificación de necesidades y problemas y concluye con la formulación de alternativas posibles para su solución. Su elaboración debería englobar todos y cada uno de los elementos contemplados en el proceso planificador. Y, aunque se reconoce su importancia para la óptima consolidación de las políticas implementadas, no es frecuente su elaboración de forma exhaustiva, sistemática y participativa, y raramente es evaluado. En este sentido, los resultados de esta investigación podrán, por una parte, corroborar si el diagnóstico elaborado para el diseño de las estrategias para la prolongación de la vida laboral refleja la situación problemática real de partida y, por tanto, legitima el diseño de dichas estrategias de cara a solventar los problemas y necesidades existentes. Por otra, y como consecuencia de lo anterior, podrá contribuir a fomentar la elaboración de diagnósticos (completos y participativos) como punto de partida de los procesos de planificación de políticas públicas y, a su posterior evaluación; y más explícitamente, los relacionados con el envejecimiento poblacional y la actividad laboral, a través de su incorporación en el proceso de aprendizaje seguido por los actores implicados.