Modelos predictivos aplicados a la corrección y gestión del impacto de la electrocución de aves en tendidos eléctricos

Resumen

La electrocución en líneas eléctricas es uno de los principales problemas de conservación para un gran número de especies de aves en todo el planeta. Trabajos previos han señalado la relación entre las características técnicas de los apoyos y el riesgo de electrocución concluyendo que ciertos diseños son muy peligrosos para las aves los cuales concentran el mayor porcentaje de mortalidad. Los conocimientos actuales muestran que con una correcta identificación de los postes más peligrosos sobre los que intervenir se puede contribuir a corregir satisfactoriamente el problema. Generalmente, en Europa las medidas de corrección se han aplicado de manera puntual y se carece de una estrategia de corrección a gran escala. En concreto, en el caso de España, no fue hasta el año 2008 cuando se aprobó una normativa estatal por la que se establecieron medidas para la protección de la avifauna contra la colisión y la electrocución en líneas eléctricas de alta tensión (RD1432/2008). Pero dada la gran extensión y el elevado impacto que producen los tendidos eléctricos es necesario diseñar estrategias que permitan priorizar y concentrar las acciones de conservación. La delimitación de estas zonas no es sencilla, ya que es necesario seleccionar las zonas prioritarias buscando un equilibrio entre la probabilidad de electrocución y la presencia de especies sensibles o amenazadas. Para ayudar a resolver esta cuestión la utilización del modelado predictivo se presenta como una herramienta muy adecuada ya que permitiría construir mapas de riesgo de electrocución a gran escala. En la presente tesis se ha investigado cómo identificar las áreas potencialmente peligrosas por electrocución mediante el uso de modelos predictivos con el fin de establecer áreas de protección y mejorar los protocolos de seguimiento. El objetivo es estudiar los factores espaciales relacionados con la electrocución de la avifauna en tendidos eléctricos, construir un modelo para identificar las áreas prioritarias para la corrección de tendidos eléctricos y optimizar los métodos de muestreo identificando especies indicadoras de electrocución. Para evaluar las necesidades de protección e identificar las zonas prioritarias sobre las que actuar comenzamos realizando un análisis de la situación en las áreas protegidas, utilizando la Comunidad Valenciana como modelo de estudio. Para ello nos preguntamos si las correcciones en la red de espacios protegidos para las aves (ZEPA) en esta comunidad conseguirían reducir significativamente la mortalidad de aves frente a la electrocución. Estas zonas, además de ser áreas diana para gran parte de los fondos europeos destinados a conservación y protección de especies amenazadas, han sido incluidas como áreas de protección contra la electrocución y la colisión en la normativa estatal (RD1432/2008). Los resultados mostraron que las ZEPAs albergaron sólo una pequeña fracción de las electrocuciones, aproximadamente un 18% del total. Por tanto, la estrategia de protección contra la electrocución debería ser espacialmente reorientada. En este sentido, encontramos que la franja de los 5 km inmediatamente externos a las ZEPAs acumuló aproximadamente el 60% del total de electrocuciones, por lo que tales zonas de borde serían mejores candidatas para destinar recursos contra la electrocución. Dado que las correcciones en las zonas ZEPAs en la Comunidad Valenciana no son suficientes para reducir la mortalidad, utilizamos modelos predictivos espaciales junto con modelos de distribución de especies sensibles, para la identificación de áreas prioritarias para la corrección de tendidos. Estos modelos se basaron en mapas predictivos de riesgo de electrocución, a partir del análisis de la mortalidad, la configuración ambiental, y de los mapas de sensibilidad específico. Además realizamos un proceso de verificación de los modelos y validación de las predicciones para dar robustez a nuestras predicciones. Nuestros resultados indicaron que los patrones espaciales a gran escala de mortalidad de aves en tendidos eléctricos dependen principalmente de la combinación de dos factores, la disposición de la red de distribución eléctrica y la configuración de los usos del suelo. A su vez estos factores de riesgo están íntimamente ligados, ya que determinados usos del suelo, como los cultivos de regadío, se asocian directamente con la presencia de tendidos. La utilización de modelos predicción, basados en técnicas de regresión logística y combinados con mapas específicos de sensibilidad, se mostró como una herramienta eficaz para la identificación de las áreas de mayor mortalidad y para la selección posterior de áreas protegidas. Por otra parte los modelos predictivos utilizados para la identificación de las áreas mostraron una elevada estabilidad temporal en los resultados, y una alta sensibilidad en función del algoritmo utilizado para su cálculo. La validación en campo de la mortalidad en las áreas seleccionadas mostró que variables no incluidas en los modelos predictivos, tales como el tipo de apoyo y las características del área, limitan la capacidad de predicción. De este modo, aunque escala local la configuración del tendido es el principal factor que controla la probabilidad de electrocución, a mayor escala, otros factores, como la configuración de los usos del suelo, la densidad de tendidos eléctricos y la presencia de especies, tendrían un papel de igual o de mayor importancia. Los procesos de verificación y validación de las áreas seleccionadas pueden ser mejorados mediante un monitoreo planificado de las áreas a evaluar. En este sentido, la utilización de especies indicadoras puede ser de gran ayuda para la identificación de los patrones de mortalidad de la comunidad. Utilizando criterios pre-establecidos de características biológicas, distribución, abundancia y análisis de red aplicados a la mortalidad en tendidos eléctricos, el búho real (Bubo bubo) se mostró como la mejor candidata a especie indicadora en el sur de la provincia de Alicante. Y que dada sus características y la de la comunidad estudiad, esta podría ser una buena especie indicadora de la electrocución en la mayor parte de los ecosistemas mediterráneos de la Península Ibérica.