Patrimonio ferroviario del ferrocarril mexicano del sur en Oaxaca

Laburpena

Esta tesis pretende abordar el desarrollo de la arquitectura y su inserción en el sistema de transporte relacionada con el ferrocarril, en un análisis regional correspondiente al estado de Oaxaca en la línea del Ferrocarril Mexicano del Sur, desde su inserción el 13 de noviembre de 1892 a finales del siglo XIX y la desaparición de la paraestatal con servicio de transporte en Oaxaca, en mayo de 2004. El ferrocarril es inventado con la finalidad de trasladar mercancías de tierra adentro hacia los valles y costas de diversas regiones, contando con una capacidad de carga nunca antes conocida, de ahí su éxito. El ferrocarril entonces se convirtió en un detonante de desarrollo regional y supra regional en la latitud que se ubicara, esto lo demostró la Inglaterra del siglo XIX. Como tecnología de avanzada llega a México en el año 1837, a partir de esta fecha comienza el desarrollo a permear diversas regiones y no solo se importó la tecnología del transporte sino también la arquitectura que lo contenía. Esta arquitectura consistía en un modelo tomado de una estación rural inglesa, mismo que provenía de una cabaña rural de ese país, es aquí donde surge un secretismo e inicia la arquitectura del ferrocarril imitando a la arquitectura domestica inglesa pero con aportaciones locales suigeneris, que para este caso fueron la piedra, el adobe, el ladrillo y la argamasa para los muros, en tanto a las cubiertas tuvieron el elemento innovador de una techumbre de estructura de madera con cubierta de lámina de fierro para unos casos y en otros con cubierta de teja de barro local. Las circunstancias de deterioro de los materiales, colapso por falta de mantenimiento, con el tiempo ocasionaron la sustitución de las techumbres, introduciendo un sistema constructivo basado en bóveda rebajada con riel como elemento de soporte, este sistema fue ampliamente aceptado debido a que el ferrocarril producía una gran cantidad de rieles que por causa del desgaste propio del uso eran desechados; al existir tanta materia prima de rieles se improvisó esta solución que permeo todas las estaciones ya para el siglo XX, originando un cambio en la imagen arquitectónica de las estaciones originales de 1892 que impacto profundamente en las fachadas debido a que está cubierta no era inclinada, sino plana o un muy ligero, alejándose así ya del primer sincretismo del estilo inglés en interpretación local e integrando una solución nueva e innovadora para la época y la región, considerándose ésta un aporte suigeneris de los obreros del ferrocarril a la arquitectura local, hoy patrimonio arquitectónico. En las estaciones originales de 1836 tenían un elemento fundamental para el funcionamiento de la locomotora de vapor: El Tanque de Agua, ya que debido a éste era definida la distancia máxima que podía haber entre estación y estación; a la llegada del diésel entra en desuso este elemento por lo cual desaparece y es sustituido por cisternas, cambiando la imagen de conjunto arquitectónico de la estación del ferrocarril. El ferrocarril tuvo directa incidencia en la estructura urbana de las poblaciones, afectándola de dos modos: El primero fue generando un desarrollo concéntrico a partir de la estación como fue el caso de Huitzo, Telixtlahuaca y Quiotepec. La segunda es generando una estructura urbana lineal a través de la vía como fue el caso de San Antonio, Ignacio Mejía, Anona y Etla. A su vez la llegada del Ferrocarril también produjo poblaciones nuevas como El Parian y Tomellín a partir del cual se desarrollaron y a la fecha presente todavía en el caso de Tomellín todavia existe a pesar de que el ferrocarril ha desaparecido. La arquitectura de las estaciones ferroviarias de Oaxaca, tuvieron una solución de carácter propio y es una aportación al patrimonio arquitectónico de México. A fin de preservar este patrimonio este proyecto de investigación también hace una propuesta de intervención para este tipo de estaciones a fin de conservar y preservar la puesta en valor de una restauración.