El ciclo global del nitrógenoUna visión para el ecólogo terrestre

  1. Laura García-Velázquez
  2. Antonio Gallardo
Revista:
Ecosistemas: Revista científica y técnica de ecología y medio ambiente

ISSN: 1697-2473

Año de publicación: 2017

Título del ejemplar: Alteraciones antropogénicas del ciclo del nitrógeno y sus consecuencias para los ecosistemas

Volumen: 26

Número: 1

Páginas: 4-6

Tipo: Artículo

DOI: 10.7818/ECOS.2017.26-1.02 DIALNET GOOGLE SCHOLAR lock_openAcceso abierto editor

Otras publicaciones en: Ecosistemas: Revista científica y técnica de ecología y medio ambiente

Resumen

La disponibilidad de nitrógeno (N) en la biosfera, la alteración de su ciclo y el impacto de esta alteración sobre los ecosistemas vienen definidos por tres propiedades claves del ciclo del N. Por un lado, está la riqueza atmosférica de N, que posibilita tanto la fijación biológica como la fijación industrial a través del proceso de Haber-Bosch, que duplica las entradas totales de N atmosférico. El reservorio atmosférico es la principal fuente de la alteración del ciclo del N, y es la facilidad que tiene el N de retornar a este compartimento lo que lo diferencia de otros ciclos como el del carbono (C) o el fósforo (P). En segundo lugar, las bajas concentraciones de N en las rocas y minerales que forman el suelo condicionan que, a largo plazo, la limitación por N esté principalmente regulada por la tasa de fijación biológica. Esta fijación depende, a su vez, del grado de desarrollo del suelo y la presencia de rocas sedimentarias de origen orgánico. Por último, una propiedad esencial del N en la biosfera es su alta movilidad y capacidad de atravesar las fronteras de un ecosistema, tanto en formas disueltas como gaseosas. Esto ocurre a través de las diversas transformaciones que se producen en los procesos de fijación de N, nitrificación, desnitrificación y amonificación. Estas tres características (riqueza en atmósfera, pobreza en rocas, y alta movilidad) hacen que la molécula fijada de N pueda tener múltiples efectos a su paso por los distintos ecosistemas, produciendo acidificación, eutrofización, alteración del albedo y generación de ozono troposférico, entre otros efectos, lo que puede contribuir de forma sustancial al cambio climático.