Trabajo y tauromaquiaMistificación conceptual y estudio crítico. La cultura del trabajo de los toreros de a pie sevillanos
- Lozano Vega, María José
- Pablo Palenzuela Chamorro Director/a
Universidad de defensa: Universidad de Sevilla
Fecha de defensa: 26 de junio de 2014
- Isidoro Moreno Navarro Presidente/a
- David Florido del Corral Secretario/a
- Joan Josep Pujadas Muñoz Vocal
- Esteban Ruiz Ballesteros Vocal
- Jordi Roca Girona Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
La centralidad que para la vida social e individual tienen los procesos de producción y el trabajo -considerado éste como concepto sociológico clave- sirve de eje a esta investigación cuyo primer objetivo es reconocer y mostrar los elementos culturales (materiales, técnicos, conductuales, ideológicos, valorativos y cognitivos) construidos y presentes en la praxis o experiencia laboral de los toreros de a pie (en cuanto trabajadores cualificados necesarios para la celebración de espectáculos taurinos) e integrados y reproducidos/transmitidos en las prácticas de aprendizaje del oficio. Desde el marco conceptual de la sociedad del trabajo, la investigación se centra en el estudio de una profesión esquematizada por la construcción social de un estereotipo: el torero, que impregnado de esencialismo, intensamente ¿generizado¿ y ¿etnizado¿ se construye como ¿representación colectiva¿. El carácter de profesión mixtificada sustancia el hecho de que permanezca, en gran medida, apartada del interés de los científicos sociales que eluden las recurrentes miradas ¿folkloristas¿ vertidas sobre el ámbito genérico de las tauromaquias y, de paso, la obligación de justificar la elección de determinadas unidades de observación apegadas, desde el punto de vista ideológico o conceptual, a la España profunda. Así pues, la profesión de torero estereotipada, cuyos rendimientos de capital simbólico han sido ¿patrimonializados¿, a menudo, por los poderes públicos, ha permanecido en buena medida orillada de la investigación social, a pesar de la importancia económica, social e ideológica de la denominada ¿Fiesta de toros¿ y de los espectáculos taurinos modernos. Esta investigación no obvia la importancia funcional que las representaciones generalizadas sobre el oficio -estereotipos- tienen en la configuración de los elementos culturales del trabajo. Pertenecer al colectivo profesional de los toreros de a pie significa, necesariamente, un proceso de ajuste e identificación con normas, valores y comportamientos previamente delimitados. Sin embargo, este proceso de identificación, lejos de ser mecánico, se construye a través de la interacción de los individuos en los espacios formativos y laborales propios. Por ello -y atendiendo al objetivo básico de nuestro estudio-, el locus de la investigación está en los procesos y relaciones de trabajo para la producción de corridas de toros -o novillos- comerciales, en cuanto los espectáculos taurinos son un producto social concreto y el trabajo de los toreros la actividad profesional que los hace posibles. Nuestra investigación -empírica y realista- incorpora las experiencias profesionales y los discursos inéditos de trabajadores del toro y del empresariado, socialmente contextualizados y analizados desde una perspectiva diacrónica. La profesión de torero tiene un origen histórico y ha evolucionado a lo largo del tiempo. El devenir histórico sedimenta el proceso selectivo de técnicas de trabajo, habilidades necesarias, saberes, valores, costumbres y comportamientos que, coyunturalmente, son evaluados como ¿tradicionales¿. El oficio de torero es resultado de un proceso de profesionalización progresiva de trabajadores (procedentes originalmente y de manera mayoritaria del sector industrial) que, desde principios del S. XVIII (cuando determinadas formas de tauromaquia se señalan como espectáculos públicos con fines comerciales y lucrativos) son la mano de obra necesaria. En un marco de coyuntura -debido a la incipiente industrialización-, se sitúa el origen de la profesión que, necesariamente, deberá contener rasgos de la naciente modernidad junto a otros de carácter socioprofesional propios del régimen artesanal aún no finiquitado. Desde entonces hasta hoy, los procesos de trabajo en los que participan los toreros de a pie vierten -como en otras profesiones- una doble producción: material e ideológica. La producción material -concretada en el espectáculo taurino en sí- requiere establecer unas relaciones y una organización del trabajo que instan a la consolidación paulatina de una eficaz división del trabajo, la organización de unidades productivas funcionales y la habilitación de estrategias empresariales. Por su parte, la producción ideológica, vertida desde los procesos de trabajo, ordena la disposición de sistemas de control que equilibren -hasta un grado óptimo- la compleja proporción -siempre presente- entre los niveles de consentimiento o asunción de jerarquías y disenso. La focalización de la investigación en las relaciones y los procesos de trabajo clarifica su orientación o dirección, y nos permite el logro del objetivo básico ya que los elementos culturales del trabajo (tanto materiales, tangibles y objetivables, como ideáticos, subjetivos y valorativos) no son subproducto, resultado, epifenómeno o proyecciones del proceso productivo sino que se construyen en él y forman parte del mismo. La especificidad de los elementos culturales del trabajo está imbricada con las peculiares formas de reproducción de la fuerza de trabajo, las habilidades y requerimientos físicos, psicológicos o técnicos exigidos para el desarrollo profesional, las formas básicas de relaciones de trabajo y organización productiva, las condiciones de trabajo y el mercado taurino, las peculiaridades de la legislación aplicada y de los usos o costumbres laborales, los sistemas de control, los ritmos y ciclos de trabajo. La complejidad del objetivo inicial está relacionada, primariamente, con la identificación y las posibilidades de acceso y observación de los procesos de trabajo en los que participan los toreros, con la calificación objetiva del propio trabajador en relación a la actividad que realiza, y con la determinación del bien producido. Resulta de la máxima importancia especificar que hemos estudiado un espacio productivo fragmentado, que no podemos asimilar con los modos de organización propios de la producción flexible o con los de la producción continua ¿basado en unidades productivas centralizadas-, presentes en la generalidad de las estructuras organizativas de las industrias y empresas de bienes o servicios. Los espectáculos taurinos se generan en un espacio productivo discontinuo en el que las funciones singulares -corridas de toros o novillos- son sólo la parte más visible del proceso, que relaciona medios materiales y trabajo, en un esquema de organización que excede el tiempo y el espacio en el que éstas se desarrollan. Además, este espacio productivo discontinuo, en el que se destacan el momento y lugar de expresión del espectáculo taurino en sí, forma parte de una cadena económica amplia, primariamente ligada a la producción ganadera -caballar y de toro de lidia- y a la venta de reses sacrificadas con fines alimenticios o de otro tipo: curtidos, taxidermia, etc. Asimismo, las corridas de toros -o novillos- comerciales potencian el desarrollo de economías de escala externas entre las que se incluyen las industrias y artesanías para la fabricación de vestimenta y útiles de trabajo, los servicios de restauración, las fiestas locales y el turismo, las empresas de información y publicidad, las editoriales o la producción artística. En este contexto de actividades económicas relacionadas, son la finalidad última que procura la producción de espectáculos taurinos y la naturaleza del bien principal generado las que determinan la calificación objetiva de los toreros de a pie en cuanto que trabajadores. El producto básico y definitorio es un bien -espectáculo- de naturaleza mixta, ya que presenta cualidades de carácter intangible y material; por su parte, la finalidad se cifra en el divertimiento, distracción, esparcimiento y placer estético que aportan el consumo de dicho bien por parte del público. Por todo ello, pese a que los toreros participan en la lidia y ejecución del ganado, y ésta permite que las reses sacrificadas sean bienes materiales directos, el objetivo y la actividad principales permiten clasificar a los toreros como trabajadores del sector terciario, al prestar un servicio destinado al público. La concreción objetiva y sectorial de los toreros está, sin embargo, matizada por la valoración subjetiva que se hace -o puede hacer- al adjetivar el modo cómo se realiza el trabajo, que determina y particulariza al tipo de trabajo, al sector laboral y al propio trabajador tipificado como artista en espectáculo público. De lo expuesto se desprende que la investigación que presentamos está centrada en el mundo del trabajo, de las relaciones sociales laborales, de aquellas que se organizan en torno a la producción: un estudio de socio-antropología del trabajo. El trabajo de investigación realizado (como sucede en todos los que se abordan) partió de una conjunción de curiosidades que, progresivamente, dieron paso a un proyecto concreto. En nuestro caso, al atractivo que suponía investigar sobre la producción y el trabajo se añadió el ejercido por las tauromaquias. El resultado: verter una mirada socio-antropológica sobre el oficio de los toreros de a pie. El eje que vertebra la investigación, la hipótesis o proposición causal principal es la que sigue: los procesos, las relaciones de trabajo y el trabajo ocupan un lugar central en la experiencia vital de los individuos que constituyen el grupo profesional de los toreros de a pie, y sirven a la construcción de elementos culturales que interiorizados, y reproducidos/transmitidos en los procesos de socialización en el oficio, determinan la consolidación y generalización de comportamientos y valores que se expresan y desarrollan en el campo laboral y extralaboral. En los procesos de trabajo no sólo se "producen" bienes y servicios sino que se generan conductas, valores y actitudes. Las relaciones socio-laborales, la división técnica del trabajo, la ideología construida sobre éste, los modelos organizativos laborales y empresariales, la estructura jerárquica o el ejercicio del poder, la autoridad y el control, en los espacios laborales, condicionan a los individuos dentro y fuera del trabajo. El trabajo es un fuerte marcador de la identidad social. Si el objetivo primero de la investigación es mostrar los elementos que unificamos en el concepto: cultura del trabajo, nuestra principal aportación es evidenciar que el concepto trabajo no está presente en los discursos para la identificación grupal y analizar el proceso de construcción ideologizada negacionista. Establecidos el objetivo principal, el marco conceptual: la sociedad del trabajo, y la proposición causal principal concretamos el esquema o estrategia general que, necesariamente, precisa el modelo teórico-conceptual. 2. DESARROLLO TEÓRICO-METODOLÓGICO Toda investigación empírica debe estar teóricamente orientada atendiendo a los objetivos propuestos. El modelo teórico dialéctico-crítico vertebra y orienta esta investigación que está centrada en el estudio de procesos y relaciones sociales productivas. Asimismo, para investigar con base empírica -y teórica- los comportamientos, conocimientos, actitudes y valores desarrollados en la experiencia práctica y laboral de los toreros de a pie, y la determinación, condicionamiento o capacidad de modelación de éstos en lo conductual y mental expresado en los espacios sociales y/o vitales extraprofesionales, integramos un concepto: culturas del trabajo. La incorporación del concepto culturas del trabajo en la investigación está determinada por los objetivos planteados; en primer lugar, nos permite reunir -bajo una única denominación- elementos culturales que pretendemos explorar, reconocer y mostrar, y, en segundo lugar, el concepto culturas del trabajo es una herramienta analítica coherente con el marco teórico. En esta investigación, el término cultura del trabajo denomina un conjunto -agregado- de elementos discernibles -materiales e ideacionales- construidos/reproducidos desde, en y a partir de la experiencia y el aprendizaje profesional. En el diseño de la investigación buscamos la correcta articulación entre el marco teórico-conceptual, los métodos científicos desplegados y las técnicas de investigación empleadas. Los métodos científicos son vías de acceso a la realidad social investigada y están predeterminados. Sedimentados tras la acumulación de los saberes vertidos desde la investigación social, los métodos consolidan un conjunto de fórmulas -pluralismo metodológico-, no antitéticas, seguidas para explorar y organizar los datos extraídos de la realidad social con las herramientas precisas: las técnicas de investigación. La necesidad del pluralismo metodológico deviene de la complejidad inherente al objeto de estudio -la realidad social- y de la congruencia, en cada investigación concreta, de los métodos con las proposiciones, preguntas y objetivos iniciales. La formulación de dichos objetivos determina las unidades de análisis que, en nuestra investigación, se concretan en los sistemas organizativos y productivos, los procesos y las relaciones de trabajo (en los que se construyen y expresan los elementos culturales del trabajo), así como en los procedimientos para la transmisión/adquisición y progresiva consolidación de los contenidos culturales ligados al oficio de toreros. La estrategia de la investigación queda completa abordando, finalmente, el diseño de las unidades de observación y especificando las fuentes de datos y las técnicas de investigación empleadas. Respecto al diseño de las unidades de observación debemos destacar las referencias sustantivas que aporta la Sociología de los Pequeños Grupos, dado que, en nuestra investigación, los espacios sociales que presentan significado y unicidad son grupos de producción y reproducción social entre los que destacan: las familias, las pandillas o grupos de iguales, las escuelas de tauromaquia y las cuadrillas de toreros. En relación a las fuentes de datos, es preciso señalar que se ha establecido un orden de prelación que prima la explotación sistemática de la información extraída de las fuentes primarias (registrada en el trabajo de campo o contenida en documentos, ya sean contemporáneos o retrospectivos), frente a las secundarias. Asimismo, la estrategia de la investigación prioriza la información directa, obtenida a través de los individuos: informantes, frente a la contenida en las fuentes documentales que, aún exploradas en extensión, profundidad y diversidad en esta investigación, tienen un carácter -esencialmente aunque no exclusivamente- complementario. De especial relevancia ha resultado el análisis y la revisión bibliográfica, muy compleja en nuestra investigación ya que debía necesariamente integrar tanto la producción científica concerniente a aspectos generales sobre Antropología y Sociología del Trabajo (y las especialidades ligadas, directa o indirectamente, a éstas: Sociología y Antropología Económica, de la Empresa, del Consumo, de la Educación, de la Cultura), como la literatura de carácter científico o puramente estética o especulativa sobre las tauromaquias. Junto a la información bibliográfica, hemos integrado la que aporta la prensa especializada, que no hemos abordado, explorado o explotado de forma sistemática, pero cuyos contenidos han sido centrales para realizar nuestros análisis. Seguir el pulso de la prensa y la información taurinas nos ha permitido estar al día en temas que afectan directamente a la investigación: cambios en las normativas que regulan el aprendizaje y desarrollo profesional, ciclos de promoción para aprendices, conflictividad y tensiones en los ámbitos formativos o laborales, y un largo etcétera de aspectos que, incluidos en los artículos, contenían datos relevantes para nuestros propósitos. La exploración y explotación de las fuentes documentales resulta imprescindible, pero no suficiente, para el método cualitativo. Por ello, abordamos el trabajo de campo apoyándonos en las clásicas técnicas intensivas: las entrevistas y la observación directa. Las entrevistas cualitativas empleadas responden a tres tipos básicos: dirigidas, parcialmente estructuradas e informales. En la medida de lo posible, hemos intentado que los distintos modelos se sucedan en una temporalidad y gradiente, a través del cual, el peso de la dirección y de la rigidez de las primeras entrevistas (muestra teórica) diera paso a la flexibilidad que caracteriza a las entrevistas cualitativas en profundidad (semiestructuradas e informales). El corrimiento progresivo hacia la entrevista no estructurada fue posible gracias a los encuentros (formales e informales) que nos permitieron establecer rapports con informantes claves. El diseño de la investigación ha seguido un patrón de articulación flexible. La muestra teórica de partida nos permitió fijar -atendiendo a los objetivos de la investigación- las unidades de análisis y concretar las de observación. Tras completar esta primera fase, las entrevistas semidirigidas cubrieron toda la tipología de individuos implicados en los procesos de trabajo, socialización y aprendizaje del oficio investigado, siguiendo los criterios básicos de división técnica del trabajo y desempeño de funciones en las instituciones socializadoras. Las entrevistas en profundidad de tipo informal o no estructuradas permitieron el cierre del trabajo de campo cuando se confirma que la integración o adición de nuevas entrevistas era improductiva para matizar o acreditar la información ya registrada. 3. CONCLUSIONES Como señalamos, la estrategia y el diseño de esta investigación se orientó a descubrir, reconocer y mostrar el conjunto de elementos culturales integrados en los procesos para la producción de espectáculos taurinos, en las relaciones de trabajo necesarias, y en las prácticas para el aprendizaje del oficio de los toreros de a pie, elementos culturales que están genéticamente vinculados a dichos procesos, relaciones y prácticas, por lo que procedimos a investigar en profundidad y comunicar cómo se construyen, reproducen y transmiten. Para identificar los elementos culturales del trabajo exploramos cada una de las unidades de observación implicadas, pues, probamos que resulta necesario pero es insuficiente investigar la construcción de la cultura del trabajo sólo en el campo laboral. Por ello, en esta investigación, y desde una aproximación realista, integramos las experiencias de los actores sociales que participan en la producción de festejos taurinos, pero también en la reproducción y transmisión de las técnicas del oficio, de los comportamientos, los valores y las representaciones profesionales. Consideramos que en la investigación verificamos la proposición causal principal, es decir, la centralidad que el trabajo y sus contenidos culturales tienen en la vida de los toreros de a pie. Dicha centralidad deriva de la eficacia de las prácticas de aprendizaje y de la potente experiencia vital que representa el desarrollo práctico del oficio, y se expresa en la interiorización (proceso de identificación) de comportamientos y valores que son funcionales en los momentos laborales y fuera del espacio y tiempo productivos. Dichos comportamientos, habilidades profesionales y valores se vinculan con lo normativo y reglamentado (regulaciones generales y específicas de la profesión) y se generan en la interrelación social derivada del aprendizaje y la práctica profesional. En la investigación, procuramos comprender (interpretativismo) la génesis de los elementos culturales del oficio, productos de la interacción entre los agentes implicados en los procesos para la producción de espectáculos taurinos y para el aprendizaje del oficio. Asimismo, identificamos algunas de las variables que explican (positivismo) la construcción de comportamientos y valores que son propios y/o recurrentes en una profesión que ¿imprime carácter¿ (ethos). Desde un abordaje en el que han primado la orientación teórica y el pluralismo metodológico (crítico, cualitativo, dialéctico y procesual) hemos expuesto los resultados que ha arrojado la investigación (desde una mirada socioantropológica, no habitual) de un oficio marcado por la funcionalidad del estereotipo socialmente construido, un oficio desde (y sobre) el que se han elaborado representaciones que falsifican (mistifican) la naturaleza de las relaciones para la producción y del propio trabajo. Mistificaciones en principio intuidas, luego verificadas, que, insistimos, tienen en la construcción ideologizada negacionista del concepto trabajo (inédito en la representación sobre el mismo y en los discursos para la identificación grupal) su cualidad más específica, más genuina y original respecto a otras profesiones.