Investigación en educación no formalestudio etnográfico-evaluativo

  1. Gutiérrez Nieto, Cándido
Dirigida por:
  1. María Gloria Pérez Serrano Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Sevilla

Fecha de defensa: 17 de junio de 2002

Tribunal:
  1. Luis Núñez Cubero Presidente/a
  2. Fernando López-Noguero Secretario
  3. María Teresa Pozo Llorente Vocal
  4. Enrique Gervilla Castillo Vocal
  5. Antonio Camacho-Herrera Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 89328 DIALNET lock_openIdus editor

Resumen

Esta investigación ha pretendido la aproximación a la experiencia socieducativa o Programa que conforman las Asociaciones Nueva Juventud de Trille y Nivel , en la ciudad de Cádiz (España), las cuales trabajan con jóvenes de ambiente social marginal. A lo largo de su presencia social, estas asociaciones han puesto en marcha multitud de proyectos que hemos observado pretenden la atención integral de las necesidades de estos jóvenes: residencias, formación ocupacional, toxicomanías, Sida, intervención en cárceles, creación de empresas, etc. Según la realidad desvelada consideramos relevante investigar sobre el sector juvenil, el asociacionismo y el cambio social, en referencia a los sujetos, modos de acción y metas del Programa, respectivamente. La consideración de la Educación No Formal es entendida no sólo como el ámbito educativo en el que se desarrolla el Programa, sino como la síntesis neurálgicas en la que confluyen las condiciones básicas de los fenómenos observados, cuya naturaleza es a la vez de carácter social, cultural y educativa. Asimismo el subtítulo Estudio de Casos Evaluativo , determina la dimensión metodológica. En síntesis la investigación ha tenido tres fases en la recogida y verificación de la información: descriptiva, interpretativa y evaluativa. En la fase descriptiva hemos realizado un estudio intensivo y denso que ha desvelado una experiencia compleja, de la que algunas claves de naturaleza histórica y cultural han pretendido explicarse en el ensayo interpretativo. La fase evaluativa ha sido una Evaluación de Programas orientada por la tradición naturalista definida por Guba y Lincoln (1989), que hemos definido como Evaluación de Programas de Educación No Formal. Los resultados han motivado un proceso de reflexión del grupo y la apertura de nuevas vías investigadoras orientadas hacia posibles estudios evaluativos, comparativos, históricos, teóricos-conceptuales, etc. Como toda acción humana una investigación tiene un momento formal de comienzo, que para nosotros quedó reflejada en una reflexión inicial cuya naturaleza se ajustaba a la búsqueda de enlace entre las realidades particulares del objeto de investigación, del investigador y de su interacción en esta aventura que proyectábamos, que era la investigación. De aquellas conjeturas, en las génesis del proceso, comprendimos que estábamos procurando ver que estas realidades, aunque estuviesen distintamente definidas por su propio devenir, cumplían unas premisas de confluencia inicial que las consideraba no opuestas; y por tanto cargadas de significados coherentes. La primera realidad venía definida por la experiencia o Progra ma y sus connotaciones dinámicas particulares: contextuales, organizativas, personales, históricas, socioeconómicas, etc. que le dotan de una personalidad social característica y que el investigador aprecia que pueden estar en la naturaleza de su interés y de la investigación. La segunda realidad está conformada por las peculiaridades del mismo investigador compuestas por su bagage intelectual y cultural, de creencias y convicciones sobre los hechos y su producción; que en referencia a aquellos significados coherentes, le permite una óptica de la realidad y una especial sensibilidad hacia la comprensión de aquellos fenómenos que observa. Y por último la tercera realidad, es una realidad en ciernes. Es un proyecto personal e intelectual que acoge la previsión de una experiencia científica de investigación. Y que se sustenta en la pretensión decidida del investigador de participar de aquella experiencia; en el deseo de desvelar las claves profundas de aquellos significados. Hablamos por tanto de una realidad potencial que, aunque estamos en los comienzos y solamente especulamos, el investigador sabe que, al final de esta aventura, nada será lo mismo. Existe por tanto la esperanza confiada del beneficio mutuo, tanto para el Programa como para el investigador, una vez compartidas las bondades de este proceso común. Por tanto el comienzo del proceso investigador viene marcado, desde sus orígenes, por un talante interpelativo; un diálogo permanente desde postulados investigadores formulados por el invest igador, desde su propia visión y experiencia, orientados por las respuestas que ofrece la experiencia. Interpelación que se produce con la búsqueda del sentido interrelacional de estas tres realidades y, por tanto, no es deliberado sino emergente y apriorístico; que adquiere una forma cíclica en la producción de información y de nuevas experiencias.