Abreviados cielos.Metáforas festivas de los espacios sacros en el barroco andaluz

  1. Francisco Ollero Lobato
Libro:
La fiesta y sus lenguajes
  1. Francisco Ollero Lobaro (ed. lit.)
  2. José Jaime García Bernal (ed. lit.)

Editorial: Universidad de Huelva

ISBN: 9788418628276 978-84-18628-26-9

Año de publicación: 2021

Páginas: 249-278

Tipo: Capítulo de Libro

Resumen

En el presente trabajo estudiamos las metáforas festivas del templo que aparecen en relaciones y sermones relacionados con la fiesta andaluza del Barroco. La iglesia se compara en la literatura festiva con diversas imágenes, como la Nueva Jerusalén, Palacio del sol, o con ejemplos de la historia de los edificios religiosos. Nos centramos en el estudio de la metáfora del Templo de Salomón, ampliamente reiterada y que tendrá interesantes consecuencias en el ámbito de la fiesta. En particular, esta última relación traerá consigo la identificación de la división espacial del templo entre presbiterio y nave, con la existente en el templo bíblico entre el Sancto y el Sanctasantorum. De manera elocuente, la metáfora del templo afectará en determinadas ocasiones a la espacialidad de las iglesias adornadas de manera provisional para esos fastos, al proponerse la disolución de tal separación, de acuerdo a la comunión viva entre la iglesia terrestre y la gloria de la iglesia triunfante que se produce en la conmemoración festiva. Es por ello que se adelanta en ocasiones los principales altares efímeros dispuestos para estas ocasiones hasta los límites del acceso al presbiterio. La descripción de las relaciones festivas, ante la ausencia de documentación gráfica, permite identificar tal recurso en algunas fiestas sacras entre los años sesenta del siglo XVII y la primera mitad del XVIII, en los templos sevillanos del Santo Ángel carmelita con motivo de la beatificación de Juan de la Cruz en 1675, en la casa profesa jesuita en los fastos en honor de San Luis Gonzaga y Estanislao de Koska en 1727, y durante las fiestas malagueñas del Colegio de San Sebastián con motivo de canonización de Juan F. Regís en 1737.