”entrenamiento de la musculatura inspiratoria para la reducción de la fatiga y mejora del rendimiento físico de supervivientes de cáncer de mama”

Resumen

El cáncer es una de las principales causas de mortalidad en España, siendo el cáncer de mama el más diagnosticado en mujeres. La propia enfermedad y los tratamientos oncológicos producen distintos efectos secundarios, entre los que se encuentra la fatiga relativa al cáncer (CRF). Ésta, es una de las secuelas más prevalentes y que más afecta la vida diaria de las supervivientes de cáncer de mama. Con una etiología compleja, la CRF se desencadena por distintos mecanismos fisiológicos, por lo que su tratamiento puede requerir la aplicación de terapias tanto farmacológicas, como no farmacológicas. Entre las últimas, el ejercicio físico es la terapia más efectiva para reducir su impacto. De modo general, existe amplia evidencia sobre los beneficios que el ejercicio físico produce en pacientes y supervivientes de cáncer. Los efectos de entrenamientos de tipo aeróbico, entrenamiento de fuerza, actividades cuerpo-mente y/o actividades deportivas, son una creciente área de estudio, especialmente prolífica en supervivientes de cáncer de mama. Así, para la reducción de la CRF, existen guías específicas donde el ejercicio forma parte esencial del tratamiento. Aunque en ellas se propone la práctica de actividad física de tipo concurrente (incluyendo tanto entrenamiento aeróbico, como de fuerza), diversos autores apuntan que es preciso individualizar la prescripción de ejercicio físico. Esto se debe, en parte, al diferente nivel de tolerancia al ejercicio de los supervivientes de cáncer, que incluso puede resultar una barrera para la práctica de actividad física. Dentro de los diferentes tipos de entrenamiento, el entrenamiento de la musculatura inspiratoria (IMT), ha sido propuesto como una herramienta válida para la mejora de la condición física y la función pulmonar en pacientes de diversas patologías. Debido a su sencillez y viabilidad a la hora de implementarlo, y a su demostrado efecto sobre el aumento de la tolerancia al ejercicio, el IMT ha sido estudiado en personas con distintas patologías, incluyendo tumores intratorácicos y abdominales. En supervivientes de cáncer de mama (SCM), aunque el IMT no ha sido analizado en profundidad, se ha reconocido que podría mejorar la capacidad de ejercicio en esta población. Sin embargo, no se ha publicado ningún estudio que analice su efectividad en la reducción de la fatiga. Por otro lado, el nivel de actividad física (AF), ha sido asociado a la mejora de la calidad de vida (QoL) en supervivientes de cáncer y la reducción de la CRF. Por este motivo, el nivel de actividad física ha sido estudiado en cohortes de SCM españolas. Sin embargo, y a pesar de que sería interesante conocer el estado de dicha cuestión, se desconoce cuáles son los niveles actuales de actividad física y calidad de vida de las SCM españolas. Dada la importancia que tiene el nivel de actividad física sobre la CRF y la QoL, y debido al efecto que el IMT podría tener sobre este efecto secundario de las SCM, esta Tesis Doctoral fijó dos objetivos. En primer lugar, analizar los niveles de actividad física y QoL en una muestra representativa de la población de supervivientes de cáncer de mama españolas (Estudio 1). En segundo lugar, analizar el efecto del IMT sobre su CRF, capacidad funcional y tolerancia al esfuerzo (Estudio 2). Para el primer objetivo (Estudio 1), se administraron dos cuestionarios a la población objetivo a través del contacto con distintas asociaciones de pacientes y entidades relacionadas. Uno para el registro de datos sobre patrón de AF (HUNT1-PAQ), y otro, específico para evaluar la QoL en supervivientes de cáncer de mama (FACT-B). Una vez se alcanzó el número de respuestas que se había considerado mínimo para que la muestra fuera representativa de la población española de SCM, se realizó un análisis descriptivo de los resultados. Para el segundo objetivo (Estudio 2) se realizó una intervención experimental, en el que se aplicó, a SCM, un programa de ejercicio, en el que se combinó un programa de IMT con un entrenamiento de fuerza con cargas ligeras. Las participantes, fueron asignadas a un grupo intervención (realizando el IMT) y un grupo placebo, realizando todas ellas el entrenamiento de fuerza. Entre las valoraciones seleccionadas, se administró un cuestionario específico de análisis del nivel de fatiga (FACIT-F). El Estudio 1 reveló que las supervivientes de cáncer de mama españolas, no cumplían con las recomendaciones mínimas de actividad física propuestas por las principales organizaciones internacionales. Por otro lado, el análisis de correlaciones realizado, mostró que el índice de masa corporal (IMC) y la intensidad del ejercicio, eran las variables más relacionadas con la QoL de las SCM españolas. Adicionalmente, se propuso el cuestionario HUNT1-PAQ como herramienta de fácil aplicación, en el ámbito clínico, para evaluar el nivel de actividad física de las supervivientes de cáncer de mama. Finalmente, los resultados del Estudio 2 mostraron un incremento en la puntuación del cuestionario FACIT-F en el grupo experimental, que había modificado su presión inspiratoria máxima tras 6 semanas de IMT. Esto muestra que el IMT es una herramienta segura, viable y efectiva en la reducción del nivel de CRF de las supervivientes de cáncer de mama.