Transformaciones demográficas y la movilidad étnica muisca en la sociedad colonial del altiplano cundiboyacense durante el siglo xvii, y el impacto de los sistemas de trabajo coloniales en el colapso del mitayo muisca

  1. Forero Polo, Marco
Dirigida por:
  1. Heraclio Bonilla Director
  2. José María Miura Andrades Codirector

Universidad de defensa: Universidad Pablo de Olavide

Fecha de defensa: 28 de junio de 2021

Tribunal:
  1. Juan Marchena Fernández Presidente
  2. Manuel Chust Calero Secretario/a
  3. Claudia Rosas Lauro Vocal
Departamento:
  1. Geografía, Historia y Filosofía

Tipo: Tesis

Teseo: 595353 DIALNET

Resumen

El funcionamiento del sistema económico y social en la fase inicial de conquista y colonización del continente americano dependieron de la utilización de la mano de obra del indígena tributario y la mano de obra esclava africana. Esta mano de obra nativa, que fue distribuida en los diversos sectores de la economía colonial a través de la mita (minera, agraria y urbana), transformó de forma decisiva las comunidades indígenas y conformó una nueva sociedad que se consolidó mediante el establecimiento de categorías sociorraciales y económicas, donde el mestizaje generó la fractura de los sistemas sociales tradicionales y facilitó un complejo proceso de migración y movilidad sociorracial en el periodo colonial. Durante décadas, las investigaciones de la historiografía colonial colombiana que han profundizado el análisis del siglo XVII se han sustentado en una rigurosa revisión, localización y transcripción de fuentes documentales, que son la base, y aún hoy lo siguen siendo, para la elaboración de cualquier acercamiento al conocimiento histórico del periodo y también funcionan como herramienta fundamental para las investigaciones históricas que todavía requieren de una mayor comprensión y rigurosos análisis por parte de los investigadores, quienes en su mayoría, desde la profesionalización de la historia como disciplina en el país, persisten en señalar una “victimización” del indígena sin puntualizar las formas de resistencia y adaptación que surgieron desde las propias sociedades indígenas frente al nuevo sistema político y socioeconómico que les fue impuesto. Particularmente en el caso Muisca, se enfatiza únicamente en los mecanismos de trabajo forzado empleados por la Corona española durante los primeros dos siglos de conquista y colonización, específicamente, la denominada mita, a través de la vinculación obligatoria del indígena como mano de obra en los sectores económicos coloniales, como responsable de la extinción étnica y lingüística de las comunidades nativas. También esta historiografía se ha enmarcado en un reiterado análisis institucional y jurídico como reflejo de la realidad y la complejidad social del indígena, específicamente en las transformaciones que surgen entre los siglos XVI y XVIII y que terminan por colapsar la encomienda, principal sistema económico de la conquista, y los factores de sostenimiento de la mano de obra indígena: el resguardo y los pueblos de indios. La historiografía ha construido y establecido que precisamente estos tres sistemas de trabajo forzado indígena en el siglo XVII (mita minera, agraria y urbana) fueron la causa principal de la desaparición de la población indígena Muisca, de la pérdida de su territorio y de la extinción de la unidad étnica y lingüística de quienes durante el periodo prehispánico poblaron la región denominada Altiplano Cundiboyacense, donde actualmente se ubican los departamentos de Boyacá y Cundinamarca. Además, parte de esas afirmaciones se sustentan en la desaparición de los indígenas tributarios de los pueblos de indios (no de la población nativa del territorio) y la liquidación de los resguardos por la supuesta explosión demográfica de “blancos y mestizos -libres de todos los colores-” que dominaron el ámbito social neogranadino en el siglo XVIII. Por ello, la historiografía colombiana nos conduce a suponer dos etapas de conquista y colonización: la primera, en el siglo XVI, con la llegada de los primeros conquistadores y el predominio de la encomienda; y una segunda, enmarcada en el siglo XVIII, cuando la presión de un nuevo estrato sociorracial denominado mestizo desplazó al indígena de su tierra y lo reemplazó como mano de obra en los diversos sectores de la economía colonial. Sin embargo, lo sucedido en el siglo XVII y su interpretación ha supuesto una enorme brecha entre la historiografía colonial colombiana y los análisis de esta investigación, ya que este siglo se conforma como un periodo clave para la comprensión de los elementos que transformaron las sociedades Muiscas del Altiplano y permitieron el ensamblaje de las antiguas organizaciones sociales indígenas que sobrevivieron en el siglo XVI en una realidad histórica distinta, que conllevó su desaparecieron étnica y lingüística (no física) en el siglo XVIII. Uno de los principales contrastes es que no se recurre a la “victimización” del indígena como marco explicativo, sino que se profundiza en los mecanismos de reconfiguración y resistencia de las propias comunidades indígenas mediante un sistemático proceso de migración y movilidad sociorracial. Por lo anterior, la presente investigación, mediante la reconstrucción social y económica del siglo XVII, las aproximaciones a la evolución demográfica de los indígenas tributarios y el comportamiento cuantitativo de otros sectores como “blancos y mestizos”, que aumentaron exponencialmente en el mismo periodo, me permite sugerir una primera hipótesis sobre cómo estos nuevos sectores sociorraciales se nutrieron de esa población de indios tributarios que disminuía en los pueblos de indios; así mismo, muestra el funcionamiento y el impacto de los sistemas de trabajo forzado a los que fueron sometidos los indígenas y permite considerar si estos fueron determinantes o no en la extinción étnica y lingüística de la sociedad Muisca. Esta combinación demostraría una evidente transformación social de enorme magnitud durante la colonia temprana, así como una decisión que significó para los indígenas Muiscas no solo el abandono de su condición de tributarios (que ya lo eran antes de la llegada de los europeos), sino además la determinación de prescindir de su acervo lingüístico y étnico como forma de adaptación al nuevo sistema impuesto, lo cual demostraría, además, la responsabilidad de las jefaturas étnicas de caciques y capitanes (quienes, exentos de tributos, pactaron con la administración colonial) en la cohesión de los pueblos de indios en torno a una identidad, ya que prestaron más atención al sostenimiento de sus privilegios que a los vínculos étnicos de sus propias organizaciones sociales. Así mismo, el análisis de cada uno de los sistemas de trabajo forzado permite exponer que evidentemente estos mecanismos de explotación generaron rechazo en la población indígena, especialmente la mita minera, pero que no fueron la causa principal de la extinción Muisca (étnica y lingüística), como tampoco lo fueron en otros contextos coloniales de América Latina donde la evangelización forzada, la destrucción de los sistemas de creencias indígenas, las epidemias y las precarias condiciones de vida, incluyendo la pérdida de sus territorios y la explotación violenta de su sociedad, no fueron suficientes para la extinción étnica de sus poblaciones nativas. Por citar algunos ejemplos, vemos los actuales territorios de países como México, Perú, Ecuador y la propia Colombia donde aún persisten lenguas nativas, pero se observa que la particularidad del caso colombiano y Muisca, en un universo más amplio, responde a una ruptura interna. Dejando atrás un análisis de carácter moral y victimizante que desde el presente ha limitado los estudios históricos de este periodo, fomentando la construcción interpretativa de un pasado colonial cruel y violento, sostenido por una administración colonial española que saqueaba el continente y que fue la responsable de la sistemática desaparición de los indios Muiscas en la actual Colombia, vemos que se han omitido las transformaciones y los mecanismos de resistencia y adaptación que estas sociedades desarrollaron e incluso los posibles impactos negativos que las propias jefaturas étnicas Muiscas pudieron generar sobre sus sociedades y que pudieron facilitar el acelerado abandono de los indios de sus propios pueblos y la ruptura de sus vínculos con el pasado étnico al que pertenecieron.