La violencia sexual en los conflictos armados. Un arma de guerra fuera del control de la legalidad internacional

  1. GÓMEZ MONTOYA, RAFAEL
Dirigida por:
  1. Helena Soleto Muñoz Director/a

Universidad de defensa: Universidad Carlos III de Madrid

Fecha de defensa: 08 de octubre de 2021

Tribunal:
  1. José Antonio Colmenero Guerra Presidente
  2. María Dolores Fernández Fustes Secretario/a
  3. Amaya Arnaiz Serrano Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

Desde el fin de la Guerra Fría, los conflictos armados, las guerras, ya no son iguales. En nuestros días la mayor parte de ellas son civiles, dentro de un mismo estado, en contextos muy inestables y con trágicas consecuencias humanas, aunque siguen existiendo, en menor medida, las interestatales. Las formas incluyen métodos donde la violación masiva de los Derechos Humanos es habitual, donde se recluta a niños y adolescentes, donde el miedo y el terror son estrategias en un concepto asimétrico de conflicto profundamente violento e ideologizado por razón de etnia, credo o control económico. Es en este contexto donde surge la violencia sexual en los conflictos armados. Y somos conscientes de ello porque, además de suceder, son sus víctimas las que hoy nos lo narran en esta era globalizada. Nos referimos a los testigos que la sufren, y contaron, en primera persona, primero en la guerra de los Balcanes (1991) y después en Ruanda (1994). En ambos conflictos armados, en contextos de guerra civil, la violación sistemática fue utilizada como estrategia bélica, organizada y orquestada con fines tácticos, en muchos casos también como limpieza étnica, sobre todo desde los años noventa del siglo pasado. La impunidad con que se realizaban estas prácticas obligó a la comunidad internacional a reaccionar. Así, tanto el Secretario General, como el Consejo de Seguridad y la Asamblea General de Naciones Unidas redactan informes, analizan la situación en una veintena de países y proponen medidas de prevención, de seguimiento y vigilancia de estas nuevas formas bélicas, además de sanciones a los que las perpetran. Incluso el Tribunal Penal Internacional juzga y condena las prácticas en los conflictos de la ex Yugoslavia y Ruanda. Pero hoy, veinte años después de la Sentencia Akayesu y otros tantos años después de la histórica resolución 1325 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, estas prácticas se siguen sucediendo. En más de veinte países, bien por el conflicto armado, bien por estrategia de terror de la delincuencia transnacional, se siguen produciendo violaciones sistemáticas utilizadas contra la población civil como arma de guerra. Aunque ya hay testimonios sobre agresiones sexuales en este contexto contra hombres y niños en el genocidio de Ruanda, nuestro estudio tratará, fundamentalmente, sobre las agresiones a mujeres y niñas, ya que representan el mayor porcentaje de casos. Lejos de su solución, esta práctica se generaliza en los conflictos armados y se interrelaciona, de manera preocupante, con la trata de seres humanos, el terrorismo y la delincuencia transnacional, ante la perplejidad de una comunidad internacional que va muy por detrás de los acontecimientos.