Patrimonio y ciudadanía movimientos ciudadanos en defensa del patrimonio en los barrios y territorios
- Saborido Yudín, María Soledad
- Eduardo Mosquera Adell Zuzendaria
Defentsa unibertsitatea: Universidad de Sevilla
Fecha de defensa: 2015(e)ko martxoa-(a)k 12
- Víctor Fernández Salinas Presidentea
- María Teresa Pérez Cano Idazkaria
- Carlos Jesús Rosa Jiménez Kidea
- Victoria Quintero Morón Kidea
- Francisco Ollero Lobato Kidea
Mota: Tesia
Laburpena
Esta tesis explora la relación entre patrimonio cultural urbano y ciudadanía, a partir de la existencia de una cantidad creciente de movimientos ciudadanos en torno a la defensa, activación y desarrollo del patrimonio en los barrios y territorios de Santiago, así como en otras ciudades y pueblos de Chile. ¿Cuáles son las razones y perspectivas que explican este fenómeno y cuáles sus implicancias y potencialidades? Se planteó la siguiente hipótesis: La existencia de un número creciente de movimientos ciudadanos en torno a la defensa y desarrollo del patrimonio cultural en los barrios y territorios, en el actual contexto de una ciudadanía más activa y empoderada, junto con la demanda por más y mejor democracia, plantean un escenario de especial interés para la puesta en valor del patrimonio en Chile hoy. Existe una tensión y una disputa en la ciudad entre, por una parte, las fuerzas dominantes del mercado y la presión inmobiliaria, que atentan contra la protección del patrimonio cultural y, por otra, las demandas de los movimientos ciudadanos en defensa de su derecho a la ciudad, del cual el patrimonio cultural, material e inmaterial, forma parte. La puesta en valor y defensa del patrimonio se vuelve un asunto de derechos ciudadanos; por tanto, un asunto más político que técnico. Ello abre interesantes perspectivas y posibilidades en lo que se refiere al debate y ensanchamiento de la noción y gestión del patrimonio cultural, hacia una concepción más inclusiva y democrática. Se abordó el cruce movimientos ciudadanos/patrimonio cultural, en relación con la idea de patrimonio urbano como parte del derecho a la ciudad; el derecho a la ciudad entendido como un derecho transformador y renovador de la vida urbana, y la vida urbana como el lugar del encuentro, perspectiva que prioriza su valor de uso como un recurso supremo. Las demandas de los movimientos ciudadanos en defensa del patrimonio barrial se vinculan así con el derecho al lugar, como derecho de la personas a mantener la residencia en el lugar donde tienen sus relaciones sociales, en sus entornos significantes; el derecho al espacio público dotado de elementos que les den visibilidad e identidad; el derecho a la belleza; y el derecho a la identidad colectiva dentro de la ciudad, que reconoce el derecho al patrimonio cultural de cada colectivo social y favorece la solidaridad de grupo y su aceptación en la sociedad urbana. Los movimientos en defensa del patrimonio barrial surgen a partir de conflictos urbanos. Son conflictos entre dos proyectos opuestos entre sí: por una parte, las empresas inmobiliarias y los intereses de quienes defienden un modelo de ciudad competitiva, entregada a las fuerzas del mercado; por otra, los intereses de las y los ciudadanos, que se organizan y actúan para defender su bienestar colectivo y una forma de habitar. Se eligieron, como casos de estudio, dos barrios emblemáticos de Santiago: Yungay y Bellavista; ambos son ejemplos destacados de participación ciudadana, defensa y activación del patrimonio barrial. En ambos, lo que empezó como una protesta puntual de los vecinos derivó en organizaciones ciudadanas activas y fuertes. El desarrollo de un movimiento ciudadano en defensa del patrimonio ha sido clave para contrarrestar y frenar las amenazas que atentan contra la calidad de vida urbana y el patrimonio cultural y ambiental. Este movimiento por el patrimonio, puede entenderse como parte de un proceso mayor de descontento, protesta, movilización social y empoderamiento ciudadano, en numerosas ciudades del planeta. Son cuantiosos los ejemplos que resumen un sentimiento común de indignación ante los resultados de la globalización y levantan una demanda por más y mejor democracia. Los principales lugares para cuestionar "el sistema" en crisis, son plazas y calles con gran fuerza simbólica y visibilidad y, en menor medida, los centros de la vida política nacional. Un claro rechazo al neoliberalismo está presente en todas las manifestaciones de las protestas transnacionales recientes. A nivel nacional, el descontento social se manifestó masivamente durante los años 2011 y 2012. El rechazo al modelo neoliberal, al lucro y el abuso, también fueron los contenidos medulares de estas movilizaciones en Chile. El mercado, que por largas décadas fue espacio de analgesia y despolitización, se transformó en un escenario de conflicto. A partir de lo anterior, comprobamos nuestra hipótesis inicial. Existe hoy en Chile una sensibilidad mayor y una conciencia patrimonial ciudadana en aumento. Al mismo tiempo, se ha producido un proceso progresivo de apropiación social y des-elitización del patrimonio cultural y natural. Esto resulta especialmente significativo en nuestro país, donde, hasta hace poco, la protección y puesta en valor del patrimonio común no eran temas de interés para la ciudadanía, más allá de un reducido círculo de especialistas. Actualmente, este es un asunto vinculado a la calidad de vida urbana y los derechos ciudadanos, la convivencia y las identidades locales. Se trata de una manera nueva de pensar el patrimonio desde las comunidades, lo que ellas mismas denominan patrimonio nuestro.