Los cuerpos flamencosdescripción anatómica, técnicas de interpretación, patologías y cuidados en el baile. Un análisis documental entre el periodo preflamenco y la �Edad de Oro�
- Julián Carrión, José
- Cristina Cruces Roldán Director/a
- David Florido del Corral Director/a
Universidad de defensa: Universidad de Sevilla
Fecha de defensa: 01 de noviembre de 2011
- Juan Manuel Suárez Japón Presidente
- José Manuel Castillo Lopez Secretario/a
- Alfonso Vargas Macías Vocal
- Francisco Javier Escobar Borrego Vocal
- Rafael Cáceres-Feria Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Esta investigación trata sobre el cuerpo. Sobre el cuerpo y la mirada: la percepción de quienes se acercaron, entre los últimos años del siglo XVIII y los primeros del XIX, a aquellas mujeres que, gracias a sus danzas, a sus bailes, produjeron un imaginario completo sobre Andalucía y �lo español�. Es, por tanto, un estudio también de la sintaxis visual de las danzas, y de la transmisión de significados a través del cuerpo y la identidad que las fija. Nuestro trabajo se detiene en revelar el modo en que, en el periodo naciente del flamenco y aún en su historia inmediatamente previa, fueron otros los que interpretaron, a través de la lente, ora de la admiración, ora de la crítica, la naturaleza que se suponía albergaban bailarinas y bailaoras andaluzas� o que querían serlo. Bayaderas que se contorsionaban, redondeaban sus brazos, sugerían lascivos territorios por explorar y se plegaban a, o tal vez impugnaban, la mirada masculina. Este texto de Tesis Doctoral recurre, básicamente, a las fuentes documentales escritas localizadas en este periodo histórico y, en particular, la de los viajeros, que nos dejaron un nutrido repertorio de imaginarios construidos sobre la Andalucía romántica configurando una idea de �objeto natural� en torno al cuerpo y, sobre todo, de objeto �naturalizado�, a partir de la noción de �don� territorial y étnico. Una noción que convertía a los cuerpos femeninos también en �objetos políticos�. La corporeidad se midió a través de la anatomía femenina, del alojamiento físico más evidente de los bailes y danzas de aquellas mujeres, pero sobre todo a través de la percepción y la proyección sobre cómo expresaban las claves de una tierra que se aparecía misteriosa, precivilizada� y fascinante.En los comentarios al uso, en cualquier anotación sobre flamenco, en clave científica, divulgativa o puramente sentimental, el cuerpo es un objeto privilegiado para enjuiciar la interpretación. A modo de descripción, crítica periodística, desde una perspectiva exclusivamente estética o de análisis en profundidad, la dimensión del cuerpo, incluso sin nombrarlo, adquiere una centralidad fundamental en los discursos de todo signo acerca del flamenco. Para unas aproximaciones, el cuerpo es una imagen en movimiento, un soporte anatómico, una variable de la interpretación; para otras, es el soporte y lugar donde se construyen los símbolos. Según la perspectiva, en el cuerpo se deposita la violencia social, la opresión política, o su utilidad radica en permitir un seguimiento crítico de las modificaciones del arte o un rastreo de retazos de la historia. Para quienes estudian las manifestaciones flamencas, el cuerpo describe cada uno de los subapartados en que se divide este arte (brazos, manos, pies, cinturas y caderas para el baile; manos para el toque; garganta, pecho, esófago y nariz para la voz; manos que sirven a la percusión corporal para las palmas o piernas para la ejecución de sonidos percutidos) y sitúa, en torno a él, las bases de la docencia, del aprendizaje o de la interpretación pura. Los discursos se sustentan, pues, en variables focos de interés variable, en las escuelas y en los textos. La evidencia, al cabo, lo que demuestra es que la anatomía, como en cualquier manifestación del arte humano, es también en el flamenco una materia prima fundamental. Para la ejecución y hasta para el pensamiento. Si obviamos esta última, esto es si nos centramos estrictamente en la fisiología anatómica, advertimos sin embargo que el cuerpo, la corporeidad, ha adquirido escaso relieve en los estudios flamencos. No es caso único: sucede algo muy similar en otros vinculados a la ejecución corporal o vocal de las artes plásticas y musicales. En el flamenco, no siempre se analizan las zonas y órganos corporales en los análisis sobre cante, baile, toque o percusión jondos, y menos aún se utilizan de forma precisa la atribución y distribución de estos órganos. Aún no se ha apostado vivamente por incorporar recursos e instrumentos teóricos y metodológicos que faciliten el abordaje de las facetas interpretativas del flamenco asumiendo, también, lo que de puramente corporal tienen sus prácticas de ejecución. En este sentido, las Ciencias de la Salud y las Ciencias Sociales, desde enfoques disciplinares propios, pueden ofrecer modelos de aproximación y explicación del cuerpo como parte esencial en tales desarrollos, en tanto el cuerpo es ciertamente �un lugar de superposición de lo simbólico, lo físico y lo sociológico�.1 En el primer caso -las Ciencias de la Salud disponen de instrumentos para medir las prácticas fisonómicas que a través del flamenco se expresan, así como los efectos fisiológicos que de ellas se derivan. En el segundo, las Ciencias Sociales y, en nuestro caso, la Antropología Social, disponen de herramientas teórico-metodológicas para incorporar los contenidos factuales y simbólicos que, como en otras manifestaciones humanas, están en la base de la producción flamenca. La formación seguida a lo largo de mi trayectoria académica como profesional de la salud Diplomado en Enfermería y, con posterioridad, la obtención de la Licenciatura en Antropología Social, me han permitido asimilar basamentos teóricos que, aplicados al objeto de estudio del flamenco, han despertado un interés particular por el cuerpo como concepto básico de la investigación. No siendo éste un trabajo enfocado desde la metodología y los postulados teóricos de las Ciencias de la Salud, sí que -al provenir de un campo laboral donde la intervención sobre el cuerpo constituye una práctica cotidiana-, he podido constatar que los y las profesionales no suele tener en cuenta su carácter simbólico y cultural, siendo frecuente una aproximación profesional eficiente desde un punto de vista terapéutico pero de carácter más bien fragmentario, finalista y exclusivamente �biologicista�. Por ello, algunos de los conceptos que se utilizarán en la investigación �como los de �anatomía� o �patología�- no serán aplicados en los términos que operan desde las Ciencias de la Salud, sino como una herramienta conceptual operativa e instrumental para reconocer las dimensiones estrictamente fisiológicas de la corporeidad, de las que �como postulado inicial- nos distanciamos, en la medida que trataremos este constructo en su dimensión social y simbólica.