Evolución urbana y resiliencia en Cartagenapervivencia y cambio de la ciudad entre las épocas altoimperial y altomedieval. El paradigma del parque arqueológico del Molinete

Laburpena

El objetivo principal de esta tesis doctoral es el estudio de las transformaciones que el urbanismo de Cartagena experimentó durante la Antigüedad Tardía. La investigación se centra en los cambios acontecidos en el paisaje urbano entre los siglos III d.C. y VI d.C., una etapa especialmente desconocida. Para ello, se ha llevado a cabo una recopilación de la información proporcionada por las fuentes escritas y, sobre todo, por los hallazgos arqueológicos documentados en el centro urbano. Hasta el momento, los datos conocidos sobre esta cuestión procedían en su mayoría de intervenciones arqueológicas de urgencia, caracterizadas principalmente por la parcialidad de los resultados obtenidos. En este sentido, las recientes excavaciones acometidas en el Parque Arqueológico del Molinete han aportado interesante y novedosa información sobre la evolución del sector noroccidental de la ciudad. A través del análisis exhaustivo (articulación de los espacios, secuencia estratigráfica, técnicas constructivas y contextos cerámicos) de las evidencias identificadas en varios de los ambientes excavados en dicho recinto arqueológico se han podido identificar una serie de tendencias generales acerca de los procesos de transformación acontecidos en esta área urbana, que permiten matizar la hipótesis tradicionalmente aceptada sobre la dinámica evolutiva general de Carthago Nova en época tardía. Hasta el momento, la información disponible presentaba una ciudad arruinada por una aguda recesión que desde finales del siglo II d.C. apenas le permitió subsistir, pese a haberse convertido a finales del siglo III d.C. en capital de la nueva provincia Carthaginiensis. Este trabajo plantea un reajuste cronológico de algunas de las fases de ocupación ya conocidas. Así, parece que el proceso de recesión no fue tan repentino como se creía y que la recuperación posterior fue lenta pero comenzó antes de lo generalmente aceptado. Esta continuidad de la ciudad conllevó que la trama urbana se mantuviera, aunque con ciertos cambios, hasta una fecha bastante avanzada en la cual se creó un entramado más irregular, similar a los diseños característicos de época medieval. Asimismo, nuevos datos permiten plantear algunos interrogantes sobre la ocupación de la ciudad en los siglos VI–VII d.C.