Impresiones sobre el patrimonio histórico-artístico español en los libros de viajes (1901-1975)

  1. Sánchez Mellado, Victoria
Dirigida por:
  1. María del Valle Gómez de Terreros Guardiola Directora

Universidad de defensa: Universidad Pablo de Olavide

Fecha de defensa: 10 de febrero de 2023

Tribunal:
  1. María Esther Almarcha Núñez-Herrador Presidente/a
  2. Francisco Ollero Lobato Secretario
  3. Eugenia Afinoguénova Vocal
Departamento:
  1. Geografía, Historia y Filosofía

Tipo: Tesis

Teseo: 753093 DIALNET

Resumen

La variedad, la calidad artística y el carácter distintivo del patrimonio histórico-artístico español han atraído a numerosos viajeros de diferentes nacionalidades en distintos momentos de la historia. Aunque fueron los románticos los que, a inicios del siglo XIX, hicieron de España un país atractivo y su herencia es fácilmente rastreable con posterioridad, ya antes que ellos vinieron unos autores que también supieron apreciar, aunque en menor medida, el arte del país. Esa fascinación decimonónica, ya con un legado que conformaría una imagen típica y tópica, continuó en el XX. El propósito de esta tesis doctoral es, pues, mostrar las diferentes impresiones que personas extranjeras tuvieron del patrimonio histórico-artístico español como resultado de sus recorridos por nuestro país. Para ello se estudian 209 libros de viajes, fechados entre 1901 y 1975, de autores procedentes de Reino Unido, Francia, y EE. UU., principalmente, así como de países latinoamericanos, de otros estados europeos y de Australia. Se pone el foco, especialmente, en la arquitectura, la pintura y las obras escultóricas que los viajeros pudieron contemplar durante sus itinerarios por el país. Mediante un análisis de los comentarios escritos sobre esos monumentos y obras artísticas se muestra la atención que recibieron las obras medievales e islámicas, con la Alhambra y la mezquita de Córdoba como grandes protagonistas, y el menor interés hacia lo renacentista, con la excepción del monasterio de San Lorenzo de El Escorial, no exento de críticas negativas. Igualmente, se resaltan las progresivas valoraciones positivas de los monumentos barrocos y el mayor conocimiento por la obra de Antoni Gaudí. En pintura, se analiza la gran estima que hubo por Doménikos Theotokópoulos, el Greco, Diego Rodríguez de Silva y Velázquez y Francisco de Goya y Lucientes, herencia del desarrollo del gusto artístico previo, pero con comentarios mucho más extensos para los tres y con mayor énfasis en la pintura del cretense que lo realizado por los viajeros del XIX. Y, por último, aunque la escultura no fue tan comentada como la arquitectura y la pintura, también se apreciaron trabajos como los relieves y capiteles de Santo Domingo de Silos en Burgos o el pórtico de la Gloria de Santiago de Compostela, así como los realizados por Alonso Berruguete, Gregorio Fernández, Alonso Cano, Pedro de Mena, Juan Martínez Montañés y Francisco Salzillo. Pero, como se ha dicho, el patrimonio histórico-artístico español es mucho más variado y los viajeros del siglo XX fueron conscientes de ello. Así, escribieron sobre ruinas que estaban en proceso de restauración, sobre monumentos románicos, góticos o mudéjares y sobre otras obras renacentistas. Contemplaron los trabajos de pintores medievales, en menor medida, renacentistas y barrocos, diferentes a los ya mencionados. Además, dejaron comentarios sobre artistas cuya producción se realizó entre finales del siglo XIX y a lo largo del XX, con algunos de los cuales mantuvieron contactos personales. En definitiva, interesa saber hasta qué punto la imagen patrimonial que los viajeros transmitieron en sus escritos era una herencia del gusto romántico por un país antiguo y oriental; o, si, aun aceptando ese legado, los autores estudiados del XX supieron poner en valor monumentos y obras artísticas que ya de por sí tenían un carácter único, que evidencia la fortuna crítica que sobre ellos se fue desarrollando.