Mediación Intercultural como paradigma preventivo, transformador y socioeducativo: el papel de la Pedagogía Social y de la Educación Social
-
1
Universidad Pablo de Olavide
info
Argitaletxea: Leiria: CICS.NOVA.IPLeiria e ESECS. Instituto Politécnico de Leiria
ISBN: 978-989-8797-96-4
Argitalpen urtea: 2023
Orrialdeak: 601-613
Mota: Biltzar ekarpena
Laburpena
Los procesos migratorios son fenómenos que han convivido con el ser humano desde los inicios de su historia. Hoy en día, cada vez son más las migraciones que se producen en todos los territorios, configurando sociedades integradas por personas de diferentes países y culturas, en un contexto sociocultural cada vez más diverso. Por ello, surge la necesidad de mediar interculturalmente desde dinámicas socioeducativas que favorezcan la comunicación, la comprensión y el entendimiento mutuo y, en este aspecto, la Pedagogía Social y la Educación Social tienen mucho que aportar. El objetivo de este trabajo se concreta en realizar un análisis reflexivo sobre las relaciones que establecen la Pedagogía Social y la Educación Social con la Mediación Intercultural. Para ello, se lleva acabo una aproximación teórica sobre la necesidad de plantear procesos de mediación intercultural mediante el diálogo, la negociación, el empoderamiento y la autonomía, buscando siempre la construcción conjunta de sociedades culturalmente diversas donde se respeten las particularidades identitarias de cada persona. Desde la Pedagogía Social y la Educación Social se fomenta un enfoque metodológico de intervención que aboga por una mediación intercultural preventiva, transformadora y socioeducativa, que establezca procesos de mejora orientados a la comunicación, la relación y la integración social e intercultural. La Educación Social, como práctica de la Pedagogía Social, favorece la comprensión, el aprendizaje y el desarrollo de la convivencia en diversos entornos multiculturales con el objetivo de discurrir en una convivencia igualitaria y armoniosa. Los agentes sociales de cambio implicados, así como las instituciones a las que pertenecen, deben contribuir a poner en marcha un intercambio fecundo entre culturas, desde una posición mediadora en la gestión de la diversidad cultural y abordando, en todo momento, la problemática desde la comprensión, la cooperación y el respeto a los valores culturales de todas las personas.