Oráculos al servicio del poderinteracciones geopolíticas entre Delfos y Esparta (siglos VIII- IV a. C.)

Resumen

Es difícil escuchar hablar de Delfos y no relacionar inmediatamente este nombre con el centro oracular que allí se emplazó. La localidad, ubicada en la zona central de Grecia, llegó a ser considerada en la Antigüedad como el ombligo del mundo y su santuario alcanzó una incomparable importancia: individuos de toda la ecúmene acudieron a Delfos para pedir consejo a la pitia. El oráculo de Delfos fue, durante siglos, uno de los centros religiosos más importantes del mundo antiguo, donde convivió la leyenda y la mitología con las intrigas políticas griegas. Análogamente, Esparta ha pasado a la historia como uno de los estados más representativos de la antigua Grecia, con una importante impronta en el pensamiento occidental. La imagen de esta polis enclavada en el centro de la región de Laconia, conocida en época antigua como Lacedemonia, ha sido admirada por regímenes autoritarios y oligárquicos y denostada por quienes valoran la libertad del individuo por encima de la sujeción al Estado. El ordenamiento político espartano ha sido percibido, en numerosas ocasiones, como ejemplo de la honestidad, de la austeridad y la perfección que convirtieron a Esparta en una potencia en el panorama helénico, primero en la península del Peloponeso y, después, en toda Grecia. Esparta y Delfos constituyeron dos entidades que mantuvieron unas prolíficas relaciones bilaterales, de las que ambas se beneficiaron. La investigación llevada a cabo trata de analizar los vínculos que se establecieron entre la ciudad lacedemonia y el santuario apolíneo de Delfos, así como las mutuas influencias que se ejercieron entre sí. Además, se demuestra que las relaciones mantenidas por Esparta y el oráculo de Delfos fueron necesarias tanto para la adquisición y conservación de la hegemonía de la primera como para el desarrollo económico y cultual del segundo.