Ejercicio del poder y política medioambientalresistencias y flujos en el mundo de la caza

Laburpena

En la práctica, lo ecológico se ha constituido en un campo de juego, en el que se desarrolla una permanente confrontación. Se trata de una arena política, subdividida en espacios (con frecuencia interconectados) en los que, a modo de canchas, se dilucida una pugna por el poder en áreas específicas de competencia medioambiental. Uno de esos espacios es el mundo de la caza, y en él queremos centrar nuestra atención como un campo de disputa política en el que se manifiestan aspectos centrales de nuestras interpretaciones sobre lo ecológico.La caza, como hecho cultural, es un fenómeno de una enorme complejidad, lleno de controversia, que confronta multitud de implicaciones y que tiene una densidad conceptual muy marcada, dado que concita concepciones muy diversas, incluso antagónicas, de sus diferentes aspectos. Con todos los procesos que aglutina, es uno de esos fenómenos que se inscriben en las encrucijadas, en las intersecciones de distintos dominios (economía, biología, política, cultura, ideología¿) y que, en los últimos tiempos, ha adquirido un significado nuevo y distinto. Profundizar en su estudio nos acerca a la idea de estar ante un fenómeno de significación múltiple. Una pluralidad indisociable de significados (jurídico, económico, social, ritual, moral, utilitario, emocional, cultural y ecológico) es lo que, al mirar desde una perspectiva sistémica y compleja, podemos encontrar en la caza. Es una actividad con una articulación engarzada, interseccional y que implica a diversos órdenes y dominios, un hecho social total en el sentido explicado por Mauss (1925). Es, asimismo, un fenómeno que hace aflorar, de manera significativa, las dinámicas del poder en el ámbito medioambiental y de gestión de los recursos naturales. Y puede ser, también un claro ejemplo de ese proceso cambiante y dinámico por el que se ha ido construyendo la relación entre sociedad y medio ambiente, entre la naturaleza y la cultura. Partiendo del contexto socio-político actual en el Estado español, podemos considerar la caza como una actividad que provoca significativos impactos a nivel social, económico, cultural, ecológico, jurídico y político. Impactos que se han ido incrementando progresivamente en un proceso que concita la intervención de distintos actores, desde la Administración Medioambiental a la de Justicia pasando por los integrantes del sector cinegético y las organizaciones conservacionistas, entre otros. El ritmo al que se va produciendo los cambios, dentro y como consecuencia de la actividad cinegética, ha sufrido una intensa aceleración en los últimos años. Su evolución ha adoptado trayectorias inesperadas y diversas en las que nuevos actores participan en un proceso de construcción, deconstrucción y reconstrucción de su significado. Este proceso se inserta en la esfera envolvente de lo medioambiental constituida como un nuevo campo de relaciones de poder a distintos niveles. A partir del mismo, se vislumbran tendencias que parecen dirigirse en el plano económico hacia una, cada vez más clara, mercantilización de la naturaleza; hacia un conflicto de intereses políticos en el plano institucional o hacia una pugna en el ejercicio de derechos más o menos contrapuestos (derecho de propiedad de la tierra, de explotación de sus recursos agroforestales, ganaderos o cinegéticos, de uso y disfrute del medio ambiente, etc.) que son expresión de un conglomerado de intereses personales y colectivos que dan origen a los procesos de construcción normativa y de institucionalización. El conflicto dialéctico parece alentar el impulso motriz de todo este entramado en el que los distintos agentes maximizan su esfuerzo para proteger intereses personales y colectivos. Indagar en el cómo y el porqué de este impulso de cambio es el punto de arranque para la consecución de los objetivos de esta investigación. En función de los mismos, esta tesis supone una aproximación antropológica a la dinámica del poder en el ámbito de la caza en el Estado Español,